Grave
-Si pues Mija, le llamé
- ¿Quedaron en algo?
-Sólo que cenamos el viernes, los tres
con trago y todo, aquí en mi departamento y por andar de bocona tengo que
preparar un filete de pescado esmedregal a las finas hierbas, ¿sabes hacerlo?
-Si, más o menos. ¿Oye, pero no regresa
tu novio por estas fechas?
-No, todavía estará otra semana en GDL.
-Muy bien entonces, me dices que llevo y
a qué hora para preparar ¿de acuerdo?
-Quedamos a las 5 pm. así que calcula
llegar temprano, ¿te parece a la 1 pm? yo aquí estaré todo el día, o antes para
ir a comprar lo necesario.
-Muy bien, yo lo compro y ya sólo vemos
lo que falte.
- Okis, ¿Qué escuchas?
-A Rockdrigo González el profeta del
nopal, el sacerdote rupestre. Recogiendo y limpiando me encontré su disco de
Hurbanohistorias y otro del Arturo Meza, el viernes te los llevo para que los
escuches.
Nos pusimos de acuerdo y colgó, me pone
de buen humor hablar con ella. Su acento, sus modismos, su manera espontánea de
expresarse me son bien mucho agradables como ella dice.
Adagio
Sin maquillaje se veía radiante,
enfundada en su ropa deportiva podía admirar sus bien formadas nalgas, sin
zapatos sus pies se deslizaban ágiles a lo largo y ancho de su departamento. Su
saxofón se encontraba sobre uno de los sillones de la sala.
- ¿Te interrumpí tu ensayo?
-No realmente, en la mañana intenté
tocar un poco, en la semana estuve tratando con el Adagio de Albinoni, me
acordé que te encanta y quería aprenderlo para tí, aunque originalmente es una
composición para cuerdas.
Sonreí ante esa dulzura y le di un tenue
beso en los labios.
-Traje vino tinto, ron y tequila según
tus apreciables órdenes, el pescado, los vegetales y las hierbas, ¿compraste
los aderezos que te dije?
-
Sip- ahora ella se acerca y me besa humedeciendo mis labios con su lengua
Andante
El vestido le queda muy bien, cruza las
piernas, disimuladamente lo sube un poco, me mira con picardía y asoma un lindo
mohín.
- Hace unos meses jamás pensaría que
estaría en medio de un torbellino así, todo fue vertiginoso, desde nuestra
plática en aquel bar, tu propuesta para fin de año, el plan, ¿Qué me llevó a
decir “sí”?, no lo sé. Mi vida era rutinaria, tengo a alguien a quien ¿quiero?,
no era que pensara casarme con él, pero era una posibilidad, ahora hay veces
que me importuna. Era yo bastante aburrida, quizá lo sigo siendo, pero ahora mi
mente divaga imaginando cosas, pensando en ti, en él, en ambos.
La escucho sin saber exactamente mi
respuesta mientras le doy un trago a mi copa de vino y me viene a la mente
aquella parte de la canción de Caminos Infinitos:
No espero más de ti, de lo que me merezco…
Te quiero pecadora, como tus defectos.
Te encuentro en la sonrisa de una virgen doliente,
de ser tan agresiva como una serpiente.
Perdóname si a veces no te cuido el sueño,
tú me diste la sangre para no tener dueños,
perdona por no amarte con dioses en armario,
nunca me hicieron falta los intermediarios.
Voy a llenar mi espalda con tus miedos tu culpa,
Para que te liberes de todos sus misterios.
Allegro
I se levantó del sofá para abrir
la puerta y lo recibió con un beso en la boca. Se había quitado la rala barba
de las últimas semanas, se veía muy bien con aquel saco azul, me saludó con un
beso tronado en la mejilla y nos entregó un pequeño ramo de hortensias a cada
una.
- ¿Qué quieres tomar? - preguntó I
- Un ron, pero yo me lo preparo- sabiendo
como los toma me levanté y le preparé uno a él, otro para mí, y a I un
tequila.
Mientras escuchamos a Love of Lesbian
con “viaje épico hacia la nada”, hurga en su mochila y saca dos pequeños ositos
y nos da uno a cada una, son extremadamente lindos, con unos ojos profundamente
expresivos y uno sonrisa que ilumina aquella carita de peluche.
- ¡Se me olvidaba! los compré
a una hacedora de alegría, así se hacia llamar, me dijo “a la persona que se
los regales siempre van a tener el corazón lleno de alegría por la vida” y
pensé en Uds.
Antes de la cena ya nos habíamos tomado como 5 tragos cada uno, entre historias, anécdotas, comentarios de libros, películas pasábamos de la circunspección a la risa. Abrimos dos botellas de vino tinto e I con cara compungida nos advertía que ella no estaba acostumbrada a tomar tanto y ría entre una frase y otra.
Ya de nuevo en la sala volvimos; al ron
él; whisky yo y al tequila I. Era ya muy notoria nuestra embriaguez,
me levanté para ir al baño, cuando volví ella se había bajado el vestido hasta
la cintura y sin sostén ponía sus senos en la cara y boca de él mientras manoseaba
su miembro por encima del pantalón, e intentaba bajar la cremallera. Sentí el
aguijón de los celos en la boca del estómago, quizá por mi estado etílico y
grité:
- ¡No mamen! - I dio tremendo
salto
- ¿Qué hicimos?
Recobré la cordura y solté una gran
carcajada, me acerqué a ellos y le acaricié los senos mientras a él, que me
miraba extrañado le di un beso profundo en la boca y acto seguido dejé que continuara
mamándola, me senté en el piso y liberé su miembro para succionarlo con avidez,
una de mis manos se deslizaba de el culo a la vagina de I, estaba muy mojada como si hubiera orinado. La cabeza me daba vueltas a mil revoluciones,
saqué su verga de mi boca y me recargué en el sillón a un lado de los dos.
Me despierta el dolor cabeza, ambos a un
lado mío en la cama, I se levanta para ir al baño, regresa tambaleante y
con los ojos semicerrados.
-Me duelen los senos Maité y tengo la
vulva hinchada e irritada balbucea mientras se vuelve a acostar.
-Cuando desperté después de quedarme
dormida en el sillón y me vine a la cama estabas montada en él, exaltada lo cabalgabas
con furia.
-Apenas me acuerdo jajaja- vuelve a
dormir
No alcanzó a decirle que en esos
instantes le mordí los senos con cierta rabia cuando recordé la escena en el
sofá, y cuando bajó de él después de aquel tremendo orgasmo le metí la mano y
casi la totalidad de los dedos antes de volver a perder el sentido por el alcohol.
Despierta ligeramente y susurra:
-Eso me pasa por ser de Uds…pero me
gusta.