viernes, 26 de febrero de 2021

Hacedora de Alegria

 Grave

-Si pues Mija, le llamé

 

- ¿Quedaron en algo?

 

-Sólo que cenamos el viernes, los tres con trago y todo, aquí en mi departamento y por andar de bocona tengo que preparar un filete de pescado esmedregal a las finas hierbas, ¿sabes hacerlo?

 

-Si, más o menos. ¿Oye, pero no regresa tu novio por estas fechas?

 

-No, todavía estará otra semana en GDL.

 

-Muy bien entonces, me dices que llevo y a qué hora para preparar ¿de acuerdo?

 

-Quedamos a las 5 pm. así que calcula llegar temprano, ¿te parece a la 1 pm? yo aquí estaré todo el día, o antes para ir a comprar lo necesario.

 

-Muy bien, yo lo compro y ya sólo vemos lo que falte.

 

- Okis, ¿Qué escuchas?

 

-A Rockdrigo González el profeta del nopal, el sacerdote rupestre. Recogiendo y limpiando me encontré su disco de Hurbanohistorias y otro del Arturo Meza, el viernes te los llevo para que los escuches.

 

Nos pusimos de acuerdo y colgó, me pone de buen humor hablar con ella. Su acento, sus modismos, su manera espontánea de expresarse me son bien mucho agradables como ella dice.

 

 

Adagio

 

Sin maquillaje se veía radiante, enfundada en su ropa deportiva podía admirar sus bien formadas nalgas, sin zapatos sus pies se deslizaban ágiles a lo largo y ancho de su departamento. Su saxofón se encontraba sobre uno de los sillones de la sala.

 

- ¿Te interrumpí tu ensayo?

 

-No realmente, en la mañana intenté tocar un poco, en la semana estuve tratando con el Adagio de Albinoni, me acordé que te encanta y quería aprenderlo para tí, aunque originalmente es una composición para cuerdas.

 

Sonreí ante esa dulzura y le di un tenue beso en los labios.

 

-Traje vino tinto, ron y tequila según tus apreciables órdenes, el pescado, los vegetales y las hierbas, ¿compraste los aderezos que te dije?

 

 - Sip- ahora ella se acerca y me besa humedeciendo mis labios con su lengua



Andante

 

El vestido le queda muy bien, cruza las piernas, disimuladamente lo sube un poco, me mira con picardía y asoma un lindo mohín.

 

- Hace unos meses jamás pensaría que estaría en medio de un torbellino así, todo fue vertiginoso, desde nuestra plática en aquel bar, tu propuesta para fin de año, el plan, ¿Qué me llevó a decir “sí”?, no lo sé. Mi vida era rutinaria, tengo a alguien a quien ¿quiero?, no era que pensara casarme con él, pero era una posibilidad, ahora hay veces que me importuna. Era yo bastante aburrida, quizá lo sigo siendo, pero ahora mi mente divaga imaginando cosas, pensando en ti, en él, en ambos.

 

La escucho sin saber exactamente mi respuesta mientras le doy un trago a mi copa de vino y me viene a la mente aquella parte de la canción de Caminos Infinitos:  

 

 No espero más de ti, de lo que me merezco…
Te quiero pecadora, como tus defectos.
Te encuentro en la sonrisa de una virgen doliente,
de ser tan agresiva como una serpiente.

Perdóname si a veces no te cuido el sueño,
tú me diste la sangre para no tener dueños,
perdona por no amarte con dioses en armario,
nunca me hicieron falta los intermediarios.

Voy a llenar mi espalda con tus miedos tu culpa,
Para que te liberes de todos sus misterios.

 


Allegro


I se levantó del sofá para abrir la puerta y lo recibió con un beso en la boca. Se había quitado la rala barba de las últimas semanas, se veía muy bien con aquel saco azul, me saludó con un beso tronado en la mejilla y nos entregó un pequeño ramo de hortensias a cada una.


- ¿Qué quieres tomar? - preguntó I


- Un ron, pero yo me lo preparo- sabiendo como los toma me levanté y le preparé uno a él, otro para mí, y a I un tequila.


Mientras escuchamos a Love of Lesbian con “viaje épico hacia la nada”, hurga en su mochila y saca dos pequeños ositos y nos da uno a cada una, son extremadamente lindos, con unos ojos profundamente expresivos y uno sonrisa que ilumina aquella carita de peluche.


- ¡Se me olvidaba! los compré a una hacedora de alegría, así se hacia llamar, me dijo “a la persona que se los regales siempre van a tener el corazón lleno de alegría por la vida” y pensé en Uds.


Antes de la cena ya nos habíamos tomado como 5 tragos cada uno, entre historias, anécdotas, comentarios de libros, películas pasábamos de la circunspección a la risa. Abrimos dos botellas de vino tinto e I con cara compungida nos advertía que ella no estaba acostumbrada a tomar tanto y ría entre una frase y otra.


Ya de nuevo en la sala volvimos; al ron él; whisky yo y al tequila I. Era ya muy notoria nuestra embriaguez, me levanté para ir al baño, cuando volví ella se había bajado el vestido hasta la cintura y sin sostén ponía sus senos en la cara y boca de él mientras manoseaba su miembro por encima del pantalón, e intentaba bajar la cremallera. Sentí el aguijón de los celos en la boca del estómago, quizá por mi estado etílico y grité:


- ¡No mamen! - I dio tremendo salto


- ¿Qué hicimos?


Recobré la cordura y solté una gran carcajada, me acerqué a ellos y le acaricié los senos mientras a él, que me miraba extrañado le di un beso profundo en la boca y acto seguido dejé que continuara mamándola, me senté en el piso y liberé su miembro para succionarlo con avidez, una de mis manos se deslizaba de el culo a la vagina de I, estaba muy mojada como si hubiera orinado. La cabeza me daba vueltas a mil revoluciones, saqué su verga de mi boca y me recargué en el sillón a un lado de los dos.


Me despierta el dolor cabeza, ambos a un lado mío en la cama, I se levanta para ir al baño, regresa tambaleante y con los ojos semicerrados.


-Me duelen los senos Maité y tengo la vulva hinchada e irritada balbucea mientras se vuelve a acostar.


-Cuando desperté después de quedarme dormida en el sillón y me vine a la cama estabas montada en él, exaltada lo cabalgabas con furia.


-Apenas me acuerdo jajaja- vuelve a dormir


No alcanzó a decirle que en esos instantes le mordí los senos con cierta rabia cuando recordé la escena en el sofá, y cuando bajó de él después de aquel tremendo orgasmo le metí la mano y casi la totalidad de los dedos antes de volver a perder el sentido por el alcohol.


Despierta ligeramente y susurra:


-Eso me pasa por ser de Uds…pero me gusta.

sábado, 20 de febrero de 2021

Hasta el año que entra

 

La Ignorancia causa un cierto grado de felicidad”, cavilaba sobre aquella frase que en la clase de filosofía de la escuela vocacional les indilgaba su profesor entre tantas otras. Lo pensaba mientras manejaba en la semioscuridad de la madrugada, conocía la carretera, tantas veces recorrida, perfectamente.

 Se sentía un poco decepcionada  a raíz de la última reunión que devengó en un pequeño debate. No alcanzaba a entender cómo es que algunos, como bien lo decía Kant “precisamente los más experimentados en el uso de la razón”, cayeran en la misología y se dejaran llevar por una cadena de sinrazones que se tejen desde la ignorancia y la parcialidad, por el simple hecho de no estar de acuerdo con algo que trastoca su zona de confort. La ignorancia disfrazada de razón se vuelve especulativa.

 Habían acordado encontrase en Guadalajara después de que ella terminara la negociación con aquel nuevo cliente. Decidió hacer el viaje por carretera, le gustaba manejar sola y recrearse en sus pensamientos mientras devoraba los kilómetros. Aunque vivían en la misma ciudad  no se veían sino cada año, no viajaban nunca juntos, porque así lo indicaban las reglas que se habían impuesto: verse cada año, no en la ciudad que vivían, no viajar juntos, no hablarse sino solamente un día antes del encuentro para acordar el punto de reunión.  

 Pensaba en él…no pudo dejar de sonreír al recordar ahora otra frase, “cuando pienso en Regina tiemblo como gelatina”, de aquel libro que él le había regalado hacia ya bastantes años, Olvidar tu nombre, de Bernardo Ruíz.

 No sabía la razón por la que habían terminado, simplemente un día así lo decidieron, se amaban y querían que aquello fuera eterno, acordaron sin más argumentos no volverse a ver.

 Casi dos años después de aquella decisión se enteró que él se había casado con E, que sin ser entrañable si la consideraba su amiga, sintió aquel aguijón en el pecho y estómago. Ella se había casado con R y sin ser un amor arrebatado sentía la tranquilidad de la rutina. ¿Eran celos?  no alcanzaba a definirlo y le llevó todo ese día poder situarlo en su justa dimensión. Al día siguiente les llamó a un par de amigas y consiguió su teléfono. Por la tarde le marcó, escuchó su voz y se quedó helada; recobró la compostura y haciendo alarde de sangre fría le expuso el trato, él enmudeció por unos instantes, finalmente balbuceó “acepto”, quedaron que la primera cita sería 6 meses después y colgaron sin más.

 Habían pasado 13 años desde aquel entonces, las primeras veces que se vieron; en cada encuentro daban rienda suelta a sus instintos sexuales, no había más, terminaban y se despedía hasta el próximo año. Después los encuentros cambiaron, empezaron a precederse de cenas un tanto románticas, se contaban lo más elemental de sus vidas pero sin entrar en detalles, según los primigenios acuerdos, para después entrar en el vórtice de sexo que los enloquecía.

 Esta vez quería que fuera diferente no sabía cómo, no sabía por qué, ¿quizá que él supiera que su amor era realmente eterno?..No lo sabía.

 Terminó su reunión y se encaminó hacia la plaza donde había quedado de verse, había una ligera llovizna que a ella le agrado cuando bajo del auto y la sintió refrescar su rostro. Lo miró a la distancia, notó algo diferente en él, al acercarse se dio cuenta que se había dejado crecer la barba, entrecana y bien recortada, le pareció que lucía estupendo. Lo abrazó y parada en la punta de sus pies le prodigó un tierno beso como en esos trece años no lo había hecho, él lo sintió y correspondió. Ella sintió como una inapreciable lágrima rodaba por su rostro, la limpió sin que él se percatara.

 Ella escogió el lugar para comer, comida italiana con el vino que a él le gustaba. Sin darse cuenta ambos empezaron a hablar con más detalles de sus cosas, de sus días, de sus horas y de sus sueños. Llegaron al punto de partida cuando terminaron, callaron y sólo atinaron a tomarse de las manos.

 Ya en auto ella sabía lo que seguía y empezó a sentir esa humedad entre sus piernas, las apretaba con placer mientras manejaba y lo miraba de reojo. Detuvo el auto a un lado del camino y se volteó hacia él, lo empezó a besar con pasión y rabia mientras estrujaba su verga con fuerza y desesperación, la sacó del pantalón, el vaivén de su mano hizo que llegara a su punto máximo de erección, se inclinó como pudo para succionarla, su lengua se deleitaba con ella, él la tomaba de la cabeza y la empujaba con fuerza hasta que sentía los límites de su garganta, ella quería atragantarse, la sacaba llenándola de saliva y se la volvía a introducir hasta sentirse ahogar. De pronto percibió una contracción y un chorro de semen inundo su boca, siguió succionando hasta no poder contenerlo y empezó a tragarlo, siempre le había gustado hacerlo, el sabor de él la enloquecía. Quedaron exiguos por unos minutos mientras ella seguía saboreando lo que escurría por sus labios, pero no se detuvo volvió a tomar su miembro entre sus manos hasta ponerlo de nuevo rígido, se levantó el vestido, retiro sus calzones mientras él se bajaba sus pantalones, hizo un esfuerzo por montarlo en ese espacio reducido. Se imaginó como se verían sus nalgas a través del parabrisas, pensar que alguien la viera así la excitó, hizo otro esfuerzo para abrir las piernas y poder introducirse la verga. Lanzó un grito cuando se dejó caer de golpe y en un segundo sintió toda esa rigidez dentro de ella abriéndola por completo, lloraba de placer.

 -Rasgúñame la espalda fuerte, hazme daño- le pidió, “quiero que R se de cuenta que tengo a alguien que me posee en cuerpo y alma”, pensó

 Sin mediar respuesta lo rasguñó ferozmente con ambas manos, él emitió un quejido sordo, y reaccionó de igual manera. Ella sintió la piel de él abrirse, sintió la sangre en sus dedos, su vagina temblaba cuando sintió el chorro caliente y las ganas de orinar sobre él; “quiero que la cabrona de E se de cuenta que tienes a alguien que siempre te amará”, alcanzo a pensar

 De regreso a la ciudad con la luna brillando en el asfalto escuchaba a Liuba María Heiva:

No sé si he podido ser lo que él soñó que yo
fuera,
lo cierto es que, mire usted, mi abuelo fue mi
primera escuela,
puso raíz en el puerto y estrenó bajo una ceiba
las alas del papalote que me llevaban hasta su tierra

Niña, nunca te enamores si hay luna cuarto menguante…

Abuelo tejió mi hamaca con los hilos de la
Luna,
artesano de mis alas, carrusel para la altura.

Le ardía la espalda, le dolían las nalgas, aún podía sentir sus manos estrujándolas. “Me van a madrear, te van a madrear” sonrío…Hasta el año que entra mi amor.

martes, 16 de febrero de 2021

Notas cortas de horas largas

 De los pies
Debo admitirlo, tengo una fijación estética y sensual (que no exactamente sexual) con los pies, un objeto de deseo que acepto ha llegado a convertirse en un fetiche, aunque cabe aclarar que la palabra no acaba de agradarme. Existen pies con figuras que transmiten armonía y belleza, y hay otros que transmiten un deseo, por el mismo control de la limpieza y belleza.

Los de ella son hermosos, dedos con una consonancia estética que divulgan la sensación del perfecto equilibrio en eufonía con sus tobillos y que se va transmutando en deseo.

Los de él son simétricos, nítidos, pulcros que causan la admiración sensual como parte de un todo.

Me gusta ella cuando usa calzado que permite admirarlos, me gusta cuando camina descalza sobre las puntas y sus nalgas se mueven con cadencia.

Me gustan los de él cuando se entrelazan con los míos o recorre con ellos mis pantorrillas y me abraza por la espalda, cuando los aprisionó con mis piernas y rosan mi vagina.
 
Me gustan los míos porque se funden con los de ellos en caricias mutuas
 
 De las manos
Las manos son sorprendentes y mágicas, puedes crear; tocar; acariciar; construir; hacer y desahacer con ellas. La mano es lo que une a la mente con el mundo dice Carl Zimmer. Pero también estas mismas manos que pueden escribir grandes obras literarias, las que ensamblan maravillas mecánicas, electrónicas o bien crean y ejecutan hermosas piezas musicales, son las que prodigan espacios infinitos de placer a quien queremos y a nosotros mismos, aunque no nos queramos con la misma intensidad.
 
Las de ella me gustan por sus dedos largos y estilizados, porque no puede dejar de moverlas cuando habla, porque golpean el viento cuando se apasiona, porque se ven brillantes cuando hacen sonar el saxofón, porque me encienden al recorrer mi piel, me hacen gritar cuando hurgan en mi y me asosiegan cuando acarician mi cara.
 
Las de él me gustan porque son grandes con dedos de pianista, porque son expresivas, porque se toman con desfachatez ellas mismas y son distinguidas, porque en mí son ostentosas y libres, sin permiso ni tiempo, porque logran que mis dilataciones sean el primer asomo al hedonismo.

Las mías me gustan porque son de él y ahora también de ella.


      

lunes, 15 de febrero de 2021

Nostalgia de mí

 Un poema de Patricia Gómez Maganda

Yo
¿Recuerdas?
era la ingenuidad y lo espontáneo;
la dulzura nacida de tus manos;
el romance nacido entre los árboles.
En el cielo aquel, veteado por la luna.
Yo
¿Recuerdas?
sabía reír de todo
y sabía también llorar.
El gesto de mi ceño fruncido,
no había nacido aún.

Sabía también
hacer una caricia en la mejilla,
compartir un poema y brindarte
un beso en la nariz

Creía en la unión,
en los amores, en la reencarnación,
en los vampiros, en la amistad...
y en ti.

Yo,
recuerdo que conocía
otra vida que no es esta.
No sabía nada,
de nos ser uno mismo,
ni reprimir el llanto o la palabra.
Ni de tomar mi pluma
y escribir la amargura de recordar
que entonces
nunca advertí mi soledad.


Deseo

 Nunca ha sido la intensión de éste blog ni del anterior expresarse con videos, pero esta canción me acompañó en una etapa frenética y delirante de mi vida. Esta versión con su autor Pedro Guerra y el buen Oceransky es deliciosa.




viernes, 12 de febrero de 2021

Xvideos (Una historia prepandémica)

 No tengo ganas de salir de casa, pero le prometí a mi hermana que cenaría con ella. Se siente sola ahora que su par de criaturas ya vagan solos por la vida, su esposo vive en un mundo paralelo, pero esa es otra historia. La parte buena es que ella preparará la cena y compartirá su vino, de uva shiraz que con tanto recelo guarda.

Me pregunto ¿de qué platicaremos?, ¿de la tía Inés acaso, de cuando se cogió a C y que pensando que yo había abierto mi bocota casi se hechó de cabeza con su esposo?, ¡no! ya sé le contaré del cuento que escribí hace algunos ayeres donde ella y yo somos protagonistas de un trío de antología, me río mientras dejo que el agua de la regadera acaricie mi espalda.

 

Cómo siempre me da flojera manejar en la ciudad, decido irme en el metropolitano y democrático gusano naranja. Afortunadamente no hay mucha gente y puedo ocupar un asiento fácilmente al lado va un hombre de mediana edad, va con su teléfono y audífonos por lo que ni cuenta se da que una mujer de este planeta se sentó a su lado.

 

Intento leer a Sergio Pitol, pero me interrumpe la oferta de las 300 mejores cumbias sonideras por sólo 10 pesos, cuando quiero volver a mi ensimismamiento me llama la atención mi compañero de asiento que al parecer no respira, guardo mi libro y volteo a verlo disimuladamente. Sigue en su celular, pero no alcanzo a ver que mira así qué haciendo alarde de mi flexibilidad de cuello lo arqueo un poco hacia atrás para poder observar. ¡Ohhh! está mirando una página que se llama Xvideos. Ve uno, luego otro y no para, pero de lo que me percato es sólo busca “esposas jóvenes” “anal jovencitas” “mujer joven chupando”, hasta donde alcanzo a ver. Me faltan tres estaciones para Portales, así que le toco el hombro, tarda unos segundos en voltear, con ojos vidriosos me mira extrañado como si saliera de un coma de años, me pongo sería y le digo: -Las maduras también tenemos nuestro corazoncito así que ponga ahí en su buscador “maduras cachondas” por lo menos…me levantó del asiento, llegamos a Portales.

 

Hermana saca ese vino que guardas con tanta devoción que te voy a contar un cuento. 


Sin ninguna pretensión

El roce del viento sobre la herrumbrosa verja
mis manos sobre mi cuerpo recorriéndolo.
Colapso de oquedades con tus manos ausentes
el céfiro me alcanza, trepa por mis muslos
mi mano ya es insuficiente anhelando tus
perdidos dedos.




jueves, 11 de febrero de 2021

Croissant et café

 

Desde el festejo de fin de año solo habíamos hablado algunas veces por teléfono, un poco por la situación de la pandemia otro poco porque ambas teníamos que atender asuntos de supervivencia, creo que me escucho dramática, pero siendo un poquito visceral, el contexto da para serlo, no está mal para expiar la intranquilidad de sentirse inmersa en un cambio que no vimos llegar.

 Al día siguiente de nuestro festejo cuando amaneció y abrí los ojos, estando los tres en la cama la miré abrazada a él, dormida, tranquila, confiada y me inundo una sensación muy grata de ternura.

Consideramos las diferentes opciones para desayunar. Algunos cafés y restaurantes recién han vuelto a abrir. Satélite, la Condesa, La Roma, Polanco, El Centro Histórico, no atinábamos a elegir.

 -Tú decide

 -Si me toca elegir a mi mejor propongo que sea en mi casa, yo preparo algo y sirve que pruebas un café que me trajeron de Veracruz. Tengo que atender una venta con un cliente a las 7.30 am. cerca de tu casa, no me llevará más de unos minutos y rauda paso por ti.

 -¡Excelente Maité!

 En el auto sentada a mi lado la frescura de su aroma inundo todo el espacio, un efluvio que me parecía tan natural como ella misma, como el día cuando la conocí.

 -Realmente tenías razón, el café es exquisito y además no imaginaba que cocinaras tan bien, el omelete de champiñones está delicioso.

 -Herencia de madre, de las cosas que me obligó a aprender entre tantas otras.

 - ¿Cómo ha estado AJ? - sonreí, de alguna manera esperaba la pregunta, le hablé sobre él, me cuestionó y le aclaré muchas de sus dudas, pude ver que su interés se acrecentaba.

 Desayunamos mientras conversábamos, realmente disfrutaba su compañía, pasábamos de un tema a otro, sin dejar obviamente hablar de matemáticas, pero volvió al tema de su mayor interés.

 - ¿Y crees que podemos planear nuevamente algo con él?

 -Te lo voy a dejar de tarea, piensa qué, y tú te encargas de organizar y de invitarlo- sonrió con la mirada y pude adivinar su entusiasmo.

 -Muy bien urdiré el cómo más pronto que tarde, ¿Te puedo preguntar algo?

 -Claro lo que quieras

 - ¿Cuándo o a qué edad te diste cuenta que te gustaban las mujeres?

 -Esa misma pregunta me la he hecho yo- no pude contener sonora carcajada. 

 -Lo tengo claro I, realmente siempre me he asumido como una mujer polimórficamente perversa. Al principio creía que era genético pero la verdad es que eso es una reverenda mamada, -nuevamente la risa me ataca- mi madre no lo era, mi padre no lo era, mis abuelos tampoco entonces simplemente me hice en algún momento de mi vida.

 -Cuando entré al Liceo a estudiar la secundaria, porque entre las cosas que mi madre quería que hiciera era que aprendiera francés, no le bastaba con lo que ella me enseñaba. Entró también una compañera de piel oscura, delgada, bonita, de fuertes caderas y tenía unos labios que desde que los vi empecé a soñar con morderlos. La vía todos los días, al paso de los meses no me la quitaba de la cabeza, pero eso me causaba desazón, me daba cuenta cabal que me gustaba, pero también me cuestionaba el por qué si yo era niña, me tenían que gustar los niños, era yo pequeña, pero empecé a tocarme por aquellos días, me resultaba muy placentero hacerlo y pensar en los labios de mi compañerita. No te creas, tenía yo cierto dejo de culpa. Pero sucedió que un día mi hermana llevó a comer a sus amigos a casa, puros hombres, cinco en total, estuvieron ahí hasta el anochecer, hasta que mi madre los corrió, entre ellos iba AJ, no era precisamente el más guapo, ni el más extrovertido, era cauto para hablar, amable en su trato, pero cuando sonreía me quedaba yo como pendeja. El  cantaba, citaba frases de libros, de canciones, su figura era desenfadada. Me enamoré en ese instante. Me di cuenta de que me gustaban tanto las niñas como los niños. Ahora me masturbaba pensando en él y pensando en mi compañera, me di cuenta de que algo perverso había en mi cabecita.

-Las visitas a Francia a la casa de las tías abuelas solteronas se hicieron mas frecuentes. Descubrí su biblioteca, con lo que para mi eran miles de libros, yo aún no hablaba bien francés, y parafraseando a Alejandro Filio, cuando mi papá me llevaba a desayunar, "me volvía una políglota y pedía: croissant et café", por lo que me era difícil entenderlos, pero ver las ilustraciones antiguas de aquel libro, con tapas verdes y gruesas, de hombres levantando las faldas a las mujeres y mostrando sus calzones con holanes, y otras semidesnudas mostrando los senos me causó un pérfido placer. Un par de años después cuando ya podía leer el idioma encontré ahí varios libros de Georges Bataille y otros escritores contemporáneos a su época. Me pasé un par de días encerrada leyendo "Historia del Ojo". Para mi era gustoso transitar los días en esa biblioteca leyendo y con el olor a libros viejos acompañándome. Ahí entre esas lecturas asumí lo que soy, que no era ninguna desviada sino sencillamente polimórficamente perversa, me acepté y me sentí feliz

 - ¿Tú cuando te diste cuenta de que te gustaban las mujeres?

 -No me gustan las mujeres, por lo tanto, nunca me había dado cuenta, hasta que me miraste de aquella forma y me gustaste tú y ahora lo que hacemos con AJ, así como a ti te gustó tu amiga del liceo.

 -Haciendo alusión nuevamente a García Ponce “Enseñar es pervertir”

 -Y lo hiciste muy bien María Teresa… ¿Me quieres morder los labios?

lunes, 8 de febrero de 2021

¿Para qué sirven los números complejos?

 El concepto de señal juega un papel importante en áreas diversas de la ciencia como son: las telecomunicaciones, la aeronáutica y astronáutica, el diseño de circuitos, la acústica, la sismología, la ingeniería biomédica, los sistemas de generación y distribución de energía, el control de procesos químicos y el procesamiento de voz, y son esenciales en la mecánica cuántica.

En el lenguaje para describir las señales y en las herramientas para analizarlas intervienen los números complejos.

Dicen los que saben...

A mí me sirvieron para conocerla.

Se había inscrito a aquel taller de aplicación de los números complejos en la mecánica cuántica al cual yo decidí asistir de última hora.

El auditorio era pequeño, llegué corriendo para no perder la costumbre. Los escasos 13 asistentes, 14 conmigo, estaban sentados en las dos primeras filas. Me senté en la segunda al lado derecha de ella. La vi y un olor a frescura me invadió, la observé aún antes que al instructor. Era muy bella, con el pelo recortado casi como niño y peinado hacia atrás. Sintió mi mirada y volteó.

-Hola-me dijo con una ligera sonrisa

-Hola-conteste como idiota, ¡siempre me pasa!

El profesor ya nos daba la bienvenida y nos pedía nos presentáramos y dijéramos nuestra área de trabajo o especialización. Supe que se llamaba I y que era de Guadalajara, Lic. en matemáticas y profesora e investigadora de universidad, tenía poco en la ciudad.

La cita era a las 9 PM, pero AJ contra su costumbre llegó antes. Varios meses sin vernos, sólo conversaciones telefónicas y algunos mensajes, me gustó volver a mirar esa sonrisa y esa mirada pícara. Me dio un abrazo apretado y un ligero besos en los labios, un beso de amigos lo sabía yo muy bien.

-¿Esperamos a alguien?

-Si, a I ¿La recuerdas?- la había visto un par de veces, una de ellas habíamos coincidido los tres en una cena.

-Si claro la chica de Guadalajara- y se le ilumino la cara, señal inequívoca de que le agradaba la idea - ¿Y L no está?, le traje un pequeño obsequio.

-No, este día le tocó estar con su papá que vino exprofeso para verla, pero no te preocupes yo le doy el regalo de tu parte estará muy contenta de recibirlo lo sé bien.

Recordé que tuvo una novia, amor, amante o como se quiera llamar que era precisamente de Guadalajara, nunca contaba mucho de ella, pero alguna vez me dijo que fue universo de luz, su big bang, con ella el universo se expandió, se volvió más transparente. Bastante cursi me pareció su monserga, pero bueno todos tenemos esos momentos.

A las 9 PM en punto llegó I, toda ella era un conjunto de exquisitez. Vestía una blusa blanca, una falda corta de azul suave que dejaba ver sus largas piernas cuyas medias parecían adheridas a ellas, semejaban un broceado perfecto sobre su blanca piel y remataba con unos zapatos con un tacón medianamente alto sin exageraciones.

Melómanos empedernidos… la conversación durante la cena giro en torno a canciones, autores, fechas, géneros, etc.

Las miradas de I tenían ese dejo de coquetería y malicia que una mujer sabe imprimir sobre todo por lo que habíamos conversado y planeado al respecto…No pude dejar de pensar en los textos de Juan García Ponce y su preeminencia del erotismo, o como decía Christopher Domínguez Michael, “es un pornógrafo a la vez que un pedagogo”.

-Entonces se conocen desde el inicio de los tiempo- preguntó I divertida


-Yo lo amo desde que tenía 13 años, hemos sido “los mejores amigos” con una interrupción de un mes como pareja formal.

 

Faltaba cinco minutos para las doce.

 

-Ya casi es hora, preparemos las uvas y el brindis- dijo AJ levantándose de su asiento

 

Comimos las uvas y brindamos -Ahora los abrazos- comenté al tiempo que dejaba mi copa en la mesa

 

I se acercó a AJ y él se estiró para abrazarla, movimiento que ella aprovechó para tomar su cabeza entre sus manos y besarlo en la boca, su lengua empezó a hurgar. La primera reacción de él fue un ligero brinco hacia atrás, pero ella no se separó y continuó con su escrutinio bucal, delicadamente introducía y sacaba su lengua de su boca. Se separó de él y le dijo “feliz año”, me acerqué yo y aún ante su asombro tomé su cara entre mis manos y le di un beso largo y profundo mordiendo suavemente sus labios, me separé un poco y le susurré al oído “feliz año”. I se acercó y lo abrazo por la espalda y lo llevamos al sofá de la sala, no lo dejamos salir de su asombro, le empecé a desabotonar la camisa mientras ella se quitaba la blusa dejando al descubierto unos senos hermosamente blancos con unos pezones apenas más oscuros que su piel. Ahora fue su falda la que cayó a sus pies mientras yo lamía las tetillas de él, ya podía sentir su erección rozando mi pierna. Bajo las pantis de I se vislumbraba una minúscula tanga negra que con un hilo que dejaba sus nalgas pegadas a la fina tela de las medias. Se acerco a nosotros y entra las dos desabotonamos su pantalón y lo retiramos, ella abrió mi blusa y tomó mis senos entre sus manos empezando a succionarlos suavemente mientras yo como pude quité el pantalón de él que para ese momento era ya un estorbo. Su miembro erecto apareció ante nosotras, recto, hermoso, caliente, jugoso. I lo tomó en su mano izquierda y me lo ofreció, empecé a lamer su glande y lo introduje completamente en mi boca, al deslizar mis labios hacia atrás ella lo sacó de mi y empezó a comerlo muy lentamente hasta que desapareció completamente en su boca, él se encontraba en el paroxismo del placer. Bajé las pantis de ella y retiré su tanga quedando únicamente con sus zapatos puestos. Cuando se sacó la verga de la boca la incliné en el sillón y le dije a él “métesela por atrás”. Se colocó detrás de ella mientras yo abría sus nalgas, ella balbuceo algo que yo entendí como “aún no”.

 

Cuando planeábamos todo en aquel café ella me contó que nunca se lo había hecho por atrás, habiendo echo casi todo nunca había cedido a la pretensión de penetrarla por ahí, y acordamos que lo intentaríamos.

 

Un grito inundó la sala de la casa y su mano intento quitar aquel miembro que se introducía en ella, detuve su mano y poco a poco fue cediendo entre gritos, hasta que la verga llenó la intimidad de su culo y un coro de gemidos y quejidos el ambiente…

 

 El gato apareció un día y desde entonces siempre estuvo allí”…Juan García Ponce   

Historia 4 "E"...(Séptima parte [1])

  L a sala de llegadas internacionales estaba con bastante tránsito, la gente iba y venía con equipaje o sin él. Las salas de los aeropuer...