miércoles, 31 de marzo de 2021

Historia 3..."C" (Primera parte)

 

 En los años que llevo en la compañía he visto consolidarse muchos proyectos y desarrollos los cuales representan una gran satisfacción profesional. Soy la encargada del departamento de calidad de una empresa de alimentos.

En aquella ocasión el director general llegó a mi oficina para anunciarme que era necesaria mi presencia en la nueva planta del sureste para la implementación de los procedimientos, los protocolos de pruebas microbiológicas, análisis estadísticos y demás temas inherentes, no me tomó por sorpresa, ya que esperaba el anuncio de acuerdo con la planeación que se tenía. Lo que si me sorprendió fue que se había adelantado la fecha del inicio de la producción debido a compromisos adquiridos, por lo tanto, tenía que estar allá al día siguiente.

 -He solicitado a la gerencia de producción que te acompañe S, aunque es nuevo en la empresa está ya muy involucrado y conoce a la perfección la línea nueva que estamos arrancando.

S efectivamente era nuevo tenía escasamente un año trabajando con nosotros, era muy joven, de hecho, yo suponía que apenas había terminado su carrera. Era un chico serio y eficiente, cuando yo lo topaba en la planta me saludaba cortésmente y el intercambio de información era fluida y precisa, no teníamos mayor relación que la laboral.

Llegando a casa le comenté a mi esposo que me ausentaría cuatro días y que iría con S, no le pareció muy agradable la idea, pero lo tomo de manera natural, sólo me pidió le llamara una vez instalada y lo mantuviera al tanto cada día.

Al día siguiente me llevó al aeropuerto a las 5 am., no entró sólo me dejo a la puerta de la sala nacional y se retiró. S ya se encontraba en la sala de la aerolínea, documentamos el equipaje y pasamos a la sala de abordar. Mientras esperábamos tomando café lo interrogué un poco; tenia año y medio de haber terminado su carrera, acababa de cumplir 25 años, once menos que yo, y estaba haciendo un postgrado en extrusión de alimentos, vivía aún con sus padres ya que dependían de él, realmente era un chico agradable, aunque un poco reservado.

Cuando llegamos inmediatamente nos fuimos a la planta, para no perder tiempo, sólo nos detuvimos a desayunar. Trabajamos hasta tarde con los gerentes y encargados, fui un día muy productivo, realmente S fue de mucha ayuda.

Llegamos tarde al hotel cerca de las diez de la noche:

-Señorita buenas noches, tenemos dos reservaciones a nombre de C Y S por 4 noches

-Buenas noches, aquí está la reservación a su nombre, pero lamentablemente la del caballero no me aparece, y no tenemos habitaciones disponibles ya que tenemos una serie de convenciones en el hotel.

El enojo hizo presa de mi y le pedí la chica revisara nuevamente, confirmándome ella que sólo estaba mi reservación. Llamé al encargado de las reservaciones de nuestra empresa, que para esa hora ya se encontraba durmiendo en su casa, le reclamé duramente, aunque de nada sirvió.

-Lo que puedo hacer- dice la encargada- es poner su reservación como habitación doble y así la pueden compartir.

Mandar a S a esa hora en taxi a buscar hotel no se me hizo opción, así que pensé que como un par de adultos podríamos compartir la habitación y así se lo hicimos saber a la recepcionista, encargándole que nos consiguiera la otra habitación, sino ahí si en un hotel cercano.

Cuando subimos a la habitación me percaté que sólo contaba con una cama king size así que esa me correspondía pensé. S me leyó el pensamiento y me dijo que él se acomodaría en la pequeña sala con que contaba la habitación y quedamos de acuerdo. 

Me acordé de que no llevaba pijama, ya que además de ser una ciudad calurosa nunca imaginé que dormiría acompañada, llevaba una camiseta ligera, me metí al baño y me la coloqué pero sólo me tapaba hasta media nalga, y con la tanga de hilo que traía puesta parecía que estaba sin calzones, así que me coloqué una toalla y salí. S se encontraba sentado en uno de los sillones, le dije buenas noches y me metía a la cama, él entro al baño y al poco rato salió con una playera y en calzoncillos, imagino le pasó lo que a mí.

Apagó la luz, y sentí como me venció el cansancio y dormí, de repente me despertó un ruido, abrí los ojos y lo vi buscado algo en la cómoda que ahí se encontraba.

- ¿Qué te pasa? – pregunté

-Es que no quepo en los dos sillones, aunque los junté, y estoy buscando si hay algunas sábanas o mantas para dormir en la alfombra. – efectivamente los sillones eran muy pequeños y él era alto

-Vente a la cama, es muy amplia y cada uno puede dormir bien en cada extremo.

- ¿Segura C?

- Si hombre y ya no hagas ruido que muero de sueño- subió a la cama y se acomodó, intenté volver a dormir, pero de alguna manera lo sentí despierto aunque callado

- ¿Qué piensas S?

- ¿No tienes sueño? - me pregunta

-Si tengo sueño, pero te sentí inquieto y no dejas dormir

-Es que pensaba que nunca he dormido con una mujer, es mi primera vez

- ¿En serio?

-Bueno me refiero a quedarme toda una noche con alguna, amanecer con ella abrazados. Con mi novia vamos a algún sitio hacemos el amor y la llevo a su casa.

-Ya te tocará-sonrío

-Cuando me toque yo creo que no dormiré, nos pasaremos toda la noche haciendo el amor

-Tampoco es así todo tiene su tiempo- y me vuelve a ganar la risa

- ¿Tú no haces el amor todos días con tu esposo?

-A veces si a veces no, es por temporadas y depende del humor en que estemos cada uno

- ¿Y de que humor estarías ahora si estuviera aquí? Pregunta con auténtica ingenuidad

-Estaríamos haciendo diabluras ya- se queda callado, y con la mirada al techo, no sé porque hago la pregunta, pero cuando me doy cuenta ya salió de mi boca.

- ¿Te gustaría una probadita, ahora conmigo, despertar abrazados? – voltea hacia a mi azorado abriendo tremendos ojos, se queda callado hasta que puede balbucear un trémulo “Siii".

-Acércate- lo hace rápidamente

Me volteo hacia él y lo abrazo, quedando nuestras caras a escasos centímetros sintiendo nuestras respiraciones, y nuestras piernas casi cruzadas. Tomo su mano y la llevo por debajo de mi camiseta hacia mis senos, inmediatamente siento su erección sobre mi pierna, empieza a masajearlos y oprime mis pezones, lo beso con fruición y mi lengua está en su boca, la paso por sus dientes, por debajo de sus labios y entre las encías, beso su cuello y orejas . Quito las mantas de encima de nosotros y me quito la camiseta, mis tetas quedan a su disposición.

- ¡Que ricas y grandes las tienes! - expresa con ojos de sorpresa, las a acerco a su boca y lo tomo por la cabeza.

- Muérdelas y mámalas hoy son tuyas – me las chupa con avidez mordiendo cada pezón con desesperación mientras le bajo el calzoncillo, queda a mi vista un pene de buen tamaño, pero más ancho que el de mi esposo, le quito mis tetas de la boca y no dejo que se incorpore.

-Quédate quieto te la voy a mamar, y luego tú me comes a mí.

La meto a mi boca y efectivamente es muy ancha, al empezar a chuparla crece aún más, muy buen tamaño pienso mientras me la trago. Pongo a su servicio toda mi experiencia de 7 años de casada: lamo, chupo, succiono, le hinco suavemente los dientes en la cabeza, bajo y chupo sus testículos, la recorro con mi lengua y la vuelvo a tragar, él gime de placer, bajo un poco más y lamo alrededor de su culo.

-Nunca me habían besado así- dice entre balbuceos

-Lo sé, pero no te vayas a venir corazón que apenas estamos empezando

 Me pongo de espalda en la cama, le digo que se suba y me ponga nuevamente la verga en la boca  para mamarnos mutuamente. En esta posición lo siento hasta la garganta,  mientras se come mi vagina mete dos dedos al mismo tiempo con su lengua, haciendo a un lado mi tanga; estoy tan mojada que al presionar su cara contra mi concha siento que se la embarro toda de mí, lo presiono hasta casi ahogarlo, escucho los chasquidos de mi coño con su lengua,  después varios minutos se retira un poco:

-Déjame penetrarte C- suplica, le abro las piernas y con mis dedos la vagina para que vea como me tiene y vislumbre la erección de mi clítoris.

- Mira es para ti ¡métela mi vida, arráncame los calzones! – me los rompe de un tirón, lanzo un grito al sentir como se expande mi panocha con la anchura de su verga al penetrarme y me empieza a bombear frenéticamente.

- Me encanta tu vagina rasurada- me dice al oído mientras me sigue hincando la verga en un vaivén ruidoso y jugoso, subo mis pies a sus hombros para que la meta más duro.

- Ponme tus manos en mi cuello y presiónalo fuerte papito – me mira incrédulo – hazlo por favor – empieza haciéndolo suavemente y poco a poco incremente la presión, le aprieto toda la verga con mi panocha mientras me llega mi primer orgasmo, siento que mis gritos se escuchan en la habitación continua.  

Se sale de mi y me le pongo en cuatro, apoyo las manos sobre la cabecera de la cama.

-Dámela toda bebé, pero no por el culo porque ese es sólo de mi esposo, pero si dame nalgadas mientras me coges amor.

Me la mete de un solo empujón y me siento reventar, la cogida es salvaje, golpea contra mis nalgas su bajo vientre, la cabecera hace mucho ruido tras cada embate y yo grito como loca, seguro ahora si nos están oyendo pienso.

- ¿Puedo eyacular en tu espalda?

- ¡No!, échamelos adentro no pasa nada- incrementa el ritmo y la fuerza

Es tal mi excitación que no alcanzo a creer la sarta de cosas que le estoy gritando:

-¡Mas duro cabrón!,

-¡Párteme con tu verga!

-¡Pégame, déjame las nalgas moradas!

-¡Soy tu puta bebito, sigue cogiéndote a tu perra!

El chorro me inunda, y un grito largo anuncia mi segundo orgasmo; siento latir su verga dentro de mí.

-No te salgas, quédate ahí un rato- me recuesto y siento su peso sobre mis nalgas y espalda.

Cuando se baja nos acomodamos y me quedo profundamente dormida. Despierto ya para amanecer y lo siento abrazado a mi sobre mi espalda, su pene erecto esta entre mis nalgas, subo mi pierna sobre la de él para liberarle el camino nuevamente, volteo la cara y le doy un beso, se despierta he intenta acomodar su verga en mi culo.

-Por ahí no Bebé, quizá te deje, pero hoy no.

Tomo el falo y lo llevo a que me penetre así recostado desde atrás, aún tengo restos de su esperma dentro, me empieza a coger, toma mis senos y me aprieta los pezones, me he acostumbrado a lo ancho de su verga, ¡es una delicia! …eyacula profusamente llenado nuevamente toda mi concha y juntándose con el semen de la noche.

Cuando bajamos nos dicen en la recepción que ya han encontrado una habitación para S, me mira para que yo decida y veo su cara aturdida esperando mi respuesta. Lo miro y le sonrío, me acerco a él, le digo en voz baja:

- ¿Quieres dormir solo?

-Como tú me digas- me dice triste.

-No hace falta señorita, nos quedamos como estamos

lunes, 29 de marzo de 2021

Sucede a veces

Sucede a veces

Un  poema de Irma Pineda Santiago

``Señor Roble:
¿Con qué tierra puedo alimentar
sus raíces?''

Sucede a veces,
que uno se enamora de los árboles,
por la sombra que producen,
la fuerza de sus ramas
o la dulzura de sus frutos.

Sucede también, a veces,
que el árbol que uno ama
se convierte en hombre,
y uno ama sus ideas,
sus labios,
su corazón,
sus brazos
o el sexo
(porque los árboles tienen sexo).

Y sucede después, a veces,
que el árbol que uno ama
está tan cerca que asombra,
asusta.
Deja de ser un árbol
y parece un sol
que deslumbra los ojos enamorados.

Y sucede entonces, a veces,
que uno no sabe
si cerrar los ojos y esconderse,
o contemplar al árbol-hombre-sol
hasta quedarse ciego.


Nuu dxi rizaaca

``Yáaga Ro':
¿Xhi yú guyaananiá' xcú'lu'?
Nuu dxi rizaaca
ranaxhi tobi ca yáaga ca':
bandá' ni rudiicani,
stipa náacani
dixiña xcuananaxhicani.
Nuu dxi laaca rizaaca,
yáaga ni nadxii tobi
rácani ti nguiu'
ne tobi ranaxhii xquendabiaanibe,
guidirua'be,
ladxido'be,
náabe
xquié'be
(ti ca yáaga ca' nápaca' xquiéca').
Ne ridi'di dixi, rizaaca,
yáaga ni nadxí tobi
suguaa dunabepe gaxha,
ruchibi.
Suuyu ma cadi yáaga laa
ne ma ruluí' ti gubidxa,
ruzaani lú ni ranaxhii.
Ne zacá rizaaca,
tobi ma qui ganna
pa gutaagu lú ne igáachi'
pa gu'ya'dxisi Yáaga-Nguiu'-Gubidxa ca'
de ra guiniti biani lú.



jueves, 25 de marzo de 2021

Historia 2... "D"

Deseo y transgresión: el erotismo de Georges Bataille

Maider Tornos Urzainki

 

En la sociedad actual, el ser humano ha perdido su dimensión sagrada. Poco a poco, según explica Bataille, se ha alejado de la intimidad que lo define como ser humano, para refugiarse en un mundo sin vida (el mundo del trabajo en oposición al mundo de la fiesta y el deseo). Pero Bataille no se conforma con esta realidad vulgar y busca el éxtasis, la violencia de un goce desmesurado, para transgredir los límites de una realidad mediocre. A través de la teoría sobre el erotismo, una pregunta ontológica por el ser del sujeto que estructura todo su pensamiento, Bataille intenta destruir los cimientos de la sociedad, cuyo poder emana de la represión del deseo. A través de una relación violenta con el ser del “otro”, el sujeto erótico accede a la interioridad de su propio cuerpo, en donde se revela el vacío del ser; el “no-ser” del sujeto erótico, la muerte.

 

La transgresión de “D”

-Bueno, ¿por dónde empezaré?, desde un día antes, mmm no, creo debe ser desde el presente, del hecho claro, y luego como en las películas aparecerá: “un día antes”, pues bien…

Decidimos ir a comprar los regalos de navidad aprovechando el sábado, no queremos ir en auto por lo congestionado que suele estar el centro de la ciudad en estos días. Planteo acercarnos en  Uber, pero mi esposo propone irnos en metro un tanto divertido de su ocurrencia. Cuando bajamos la gente es poca en el andén, pero al llegar el convoy viene un poco atiborrado, sin embargo, abordamos sin problemas. En la puerta contraria a la que entramos se encuentran recargadas tres personas, uno de ellos sobresale por su estatura y por su pelo perfectamente acicalado, cálculo tendrá alrededor de sesenta años, es guapo pienso. Mi esposo se sujeta del tubo superior, yo me volteo para quedar frente a él y detenerme de sus hombros, con su casi 1.90 mts. es fácil para él aferrarse sin problema por encima de los pasajeros.

Realmente no viajamos mucho en subterráneo porque nuestros trabajos nos quedan relativamente cerca de casa, cuando yo no uso el auto él me lleva y me recoge a la salida. En la siguiente estación sube demasiada gente empujando a mi esposo y por ende a mi hacia la puerta contraria, quedamos apretujados, pero aún con cierta libertad de escasos centímetros. El tren se pone en movimiento, al entrar al túnel siento detrás de mi que alguien se recarga en mi trasero, mi primera reacción es quitarme, pero no hay espacio, enseguida me volteo para decirle hasta de lo que se va a morir, veo que es el hombre que había visto al entrar al vagón. No sé porque razón no digo nada sino simplemente me vuelvo hacia mi esposo, al ver que yo no reclamo nada el sujeto se recarga en mi con más fuerza y puedo sentir su pene sobre mis nalgas, una oleada de sensaciones me recorre de la cabeza, al vientre y de ahí a los pies y viceversa, siento que mi cara se pone roja como jitomate. 

 

Un día antes:

Mis suegros y mi cuñada llegaron a la hora convenida para la comida por nuestro tercer aniversario. La idea era una ligera celebración con ellos sólo para no pasar desapercibida la fecha y después en la noche tener nosotros nuestro festejo íntimo en la cama. Los planes cambiaron cuando por la hora decidieron quedarse, así que alargamos la velada con ellos. Decidimos que el día siguiente lo ocuparíamos para ir a comprar los regalos de navidad una vez que se retiraran.

 

Apoyo la cara y el pecho en mi esposo levantando ligeramente el trasero, me pongo en las puntas de los pies tratando de que aquel miembro quede exactamente en la hendidura inferior de mis nalgas, la acción resulta efectiva, puedo sentir como el individuo se acomoda mejor y empiezan las acometidas, primero son lentas y suaves pero conforme se va excitando, supongo yo, van siendo con mayor fuerza e incrementado su ritmo, puedo sentir ya una verga enorme entre mis glúteos, tanto así que me hace quedar completamente pegada sobre mi esposo. ¡No puedo evitarlo! y empiezo a mover en círculos mi culo combinándolos con movimientos rectilíneos hacia adelante y atrás, intento sean ligeros e inadvertidos; la gente a nuestro alrededor nos prensa cada vez más. Llevábamos así dos estaciones, cuando el tren entra al anden él detiene los embates y sólo deja su falo encajado en mi con fuerza, “¡Dios mío…me estoy poniendo bien pinche caliente!” pienso, el tren vuelve a arrancar y empieza de nuevo, “¡se va a dar cuenta, se va a dar cuenta!” me digo yo refiriéndome a mi esposo, de pronto empiezo a sentir una erección sobre la parte baja de mi vientre, lo miro y me sonríe, mis movimientos para con él sujeto habían hecho que como consecuencia mi esposo los sintiera en su pene, afortunadamente cree que esos meneos son para él. Siento las dos vergas, pero sobre todo la de atrás que me la imagino enorme, tengo el calzón ya completamente mojado; repentinamente siento la mano izquierda del hombre acariciando mi pierna suavemente, metiendo la mano entre la tanga y mi piel, se ha atrevido a deslizarla por debajo de mi falda; no salgo de mi asombro cuando siento también su mano derecha sobre mi nalga, la aprieta y rasguña vigorosamente mientras las arremetidas continúan; hace a un lado mi braga y desliza su mano entre las nalgas hasta que encuentra mi culo, me pongo mas de puntas y le paro aún más el trasero, no sé como lo hace pero siento ya su dedo abriéndolo. Para que mi esposo no se dé cuenta bajo mi mano y le toco la verga, recargando más mi pecho en él, mi mano izquierda la paso por un costado empujando un poco a la mujer que tengo a un lado pegada a mí, busco y encuentro la verga del tipo, ¡se siente enorme!, se la presiono como puedo mientras empuja su dedo dentro de mi hasta que lo tiene totalmente embutido. Mi respiración es entrecortada, las estaciones se suceden y fantaseo de manera febril que nos bajemos los tres y mi esposo permita que me coja, lo deseo.  

En un santiamén, y sigo sin saber como lo hace tan fácil, saca el dedo de mi ano y desliza, cálculo tres dedos, sobre mi vagina, entre ella y sus dedos se interpone la tela de mi calzón, la hace a un lado y ¡me mete los tres dedos de un solo chingadazo!, no aguanto más, lanzo un grito y aprieto con mucha fuerza ambos miembros, mi esposo disimula pero aquel como puede ya está sacando y metiendo los dedos, apenas puede meterlos hasta la mitad, pero no ceja en su intento, trato de abrir mas las piernas para que entren completos pero me resulta casi imposible, la humedad escurre ya por mis piernas de manera abundante, escondo la cara en el dorso de mi esposo y froto su verga para que mis jadeos pasen desapercibidos, la del sujeto se la oprimo con fuerza, y a todo lo largo que la situación lo permite, me encantaría mamársela, alucino. Mi mano se ha dormido, la retiro de la verga del fulano, la descanso mientras sigo sintiendo su intento de meterme los dedos más allá de donde ya están, sigo escurriendo con ellos adentro y jadeando apagadamente a cada tentativa. Vuelvo la mano hacia atrás y mi sorpresa es mayúscula, ¡tiene afuera de su pantalón un tremendo pedazo de verga!, la sujeto entre mis dedos y lo empiezo a masturbar delicadamente para pasar inadvertida; él saca los tres dedos de mi vagina y me vuelve a meter uno en el culo, me pregunto nuevamente ¿por qué es tan ágil?, me lo mete y lo saca con muchísima fuerza, siento que algo escurre entre mi ano y su dedo, imagino lo que puede ser, a él parece excitarlo sobremanera porque incrementa la fuerza y me duele. Alcanzo a ver que faltan dos estaciones para nuestro destino, acelero el movimiento de mi mano sobre el glande de su ancho falo y a la vez sigo acariciando el de mi esposo suavemente, siento las contracciones del sujeto, intenta meterme un dedo más en el culo, pero falla y yo no puedo hacer nada porque suceda, vuelve a meter el que tenía con violencia inaudita hasta el tope, me muerdo los labios para no gritar, un chorro de semen escurre por mi mano otro tanto se impregna en mi falda, mis piernas no me sostienen, jadeo en silencio, desfallezco sintiendo mi orgasmo y sus fluidos en mi mano, ¡quiero sorberlos, tragarlos! desvarío. Cuando el tren entra a la penúltima estación, el ya pide permiso para acercarse a la puerta, trato de acomodar mi falda, está mojada. Voltea a verme y me sonríe, huele su mano y me guiñe un ojo, me sonrojo, pero sigo bien pinche caliente y escurriendo por la vagina y el culo, me hace una seña como indicando con la mano un próximo encuentro, le contesto con una tenue sonrisa y entrecerrando los ojos, mi esposo no se percata, me limpio la mano en mi falda.

Suelo pensar que fue un sueño surrealista que sucedió en un tiempo ralentizado, pero cuando recuerdo siento un palpitar entre mis nalgas.

Ya fuera del metro y caminando por las calles, le digo a mi esposo de manera entre nerviosa y desesperada, por nuestro aniversario llévame a un hotel y cógeme, los regalos pueden esperar…    

martes, 23 de marzo de 2021

Historia 1... "Z"


-Es J mamá- mi hija sonríe sabe que cuando recibo llamadas de él suelo regresar hasta entrada la noche o de madrugada,  me pasa el auricular.

- Te marqué a tu celular, pero no contestabas ¿Nos vemos a las 8:00 PM?
-Me parece bien, mándame la dirección
-Si y te voy a pedir algo, ponte un vestido, pero no te pongas ropa interior- me toma de sorpresa, pero accedo sin preguntar.

Cuando llego él ya se encuentra ahí. El lugar está casi a reventar mucha gente muy joven, tomo asiento a su lado y me ordena un trago.

- ¿Es una cantina para párvulos? - algunas y algunos se pasean como si estuvieran en una pasarela
-No la conocía, pero me la recomendaron por la comida.

Efectivamente la comida resultó estar muy buena y ya aderezada con el alcohol mucho mejor. Alguna vez mi hija menor, de 7 años me preguntó - ¿Oye mamá tú y J son alcohólicos? -  con lo cual me sacó una sonora carcajada, pero me dejó pensando.

La música es estridente y no es digna de una cantina le comento. En un rincón se encuentran los músicos en un abandono que llama a conmiseración, hasta que un grupo les llama y les pide las canciones que todos se saben y cantan con una o dos copas.

Me siento bien, el alcohol ha hecho su trabajo, los músicos se han desocupado y los llamamos, les solicitamos una canción que afortunadamente se saben, el cantante nos dice que son canciones que nunca les piden. Pasa el tiempo entre canción y canción y tragos de por medio.

Su mano sube por mi pierna hasta llegar a mi ingle, confirma que efectivamente no traigo calzones como me lo pidió, acaricia un poco mi bajo vientre y retira la mano para solicitar un par de tragos más.

Mira la hora y me dice que ya tenemos que irnos, salimos ya mareados de la cantina y caminamos por las calles solitarias a esas horas, el está un poco mas tomado que yo. Llegamos a su oficina, es un edificio de 3 niveles, saca las llaves y abre la puerta, apenas entramos y me dice que tiene que ir a orinar.

-Te acompaño- le digo con malicia y entramos al baño, bajo su cremallera y saco su pene, empieza a orinar y yo sostengo su miembro, es excitante o así me lo parece a mí.

-Vamos a ver la ciudad desde la azotea.

Subimos los tres niveles de escaleras, la luna se observa esplendorosa, las estrellas son el marco ideal con el cielo limpio como fondo. Se coloca detrás de mi y me abraza mientras observamos el firmamento. Pone sus manos en mi cintura, me gira y quedo de frente a una pequeña barda que rodea los tinacos de agua, sube mi vestido y me inclina, tengo que apoyar mis dos manos en la barda, con el vestido levantado abre mis pies con los suyos, siento deslizarse algo por la parte inferior de mis nalgas y de pronto llega un fuerte embate, en cuestión de segundos tengo toda su verga en mi vulva. Su vientre rebota en mis nalgas tras cada embestida, me toma del cabello y me tira de él hacia atrás, mis jadeos se han convertido en gritos, me tiene completamente empinada sobre la barda y vuelve a tirar de mis cabellos, es entonces cuando veo a dos personas del otro lado de la barda de colindancia. En la casa contigua, un hombre y una mujer, nos observan, me vale madre yo sólo quiero que no deje de cogerme; quiero que me llene de semen completamente y que ellos vean como me vengo; empiezo a temblar, las piernas casi no me sostienen; siento desfallecer al llegar el orgasmo, me sostiene de la cadera para no caer. Saca la verga de mi vagina y me voltea, me hinca frente a él; mete su miembro en mi boca, cuando se empieza a venir lo saca; se vacía en mi cara, mi cuerpo sigue temblado, y su semen escurre por mis labios deliciosamente, lo sorbo...ellos siguen ahí.

Cualquier semejanza no es mera coincidencia

 

 Las historias nacieron a raíz de un desayuno donde después de agotar los temas de: política, que por cierto al final observamos que teníamos mas coincidencias que desencuentros; de la cotidianidad, trabajo, familia, etc.; de amores y desamores. En un ambiente donde la risa llegaba a la menor provocación, a la anfitriona se le ocurrió sugerir que cada una contará alguno de sus mejores encuentros eróticos, hubieran sido estos con novios, esposos o amantes no importaba, el sexo es mejor cuando alguien lo cuenta, comentó alguna. 

El desayuno se convirtió en comida y la comida en cena hasta que nos recibió la madrugada. Al final concluimos en hacerlos públicos para que todas nosotras los pudiéramos leer y opinar. Salieron 5 relatos a los cuales se han ido sumando algunos otros de mujeres que les interesó la tentativa, las edades fluctúan desde mujeres jóvenes, maduras, y más maduras; casadas, solteras, divorciadas; todas mujeres exitosas, sin limitaciones y sobre todo felices con la vida.

lunes, 22 de marzo de 2021

Equinoccio de primavera

 Siento su respiración en mi rostro y su cuerpo sobre el mío. Me besa y su lengua ya está en mi boca deliciosamente, su mano acaricia mi vientre, siento sus labios sobre los míos y escucho los chasquidos del choque perfecto entre nuestras bocas.

-Me gustas mucho- murmura en mi oído mientras su mano ya se desliza sobre mi vagina y sus dedos empiezan a internarse en ella suavemente.

Me tiene inmóvil bajo de ella, sabe que tiene el control, saca sus dedos y los vuelve a introducir más agresivamente para después caer en un ritmo que va de apresurado a lento hasta que me hace gemir y se vuelve parsimonioso.

Tenía mucho tiempo sin venir a la casa, han sido pocas las veces desde que murió mamá. Llegamos ayer en la noche, él nos alcanzará mañana, tenía cosas que atender.   La primera propuesta fue que ya que había regresado su novio lo invitara y así conocían el lugar, ella se negó y me dijo que mejor lo invitáramos a él.

La mañana es fresca aún, a pesar del sol que ya calienta, el olor de los lirios es un delicioso halago al gusto. Ella se encuentra en la piscina, la disfruto en su diminuto traje de baño, mientras me dejo acariciar por la ligera brisa temprana.

Me vuelve a besar mientras deja sus dedos los más adentro que puede de mi vagina, contengo la respiración cuando vuelvo a sentir que los retira.

-Ponte boca abajo- me indica

Me volteo y enseguida baja mi tanga. Siento su dedo acariciando alrededor de mi ano, lo empieza a introducir lentamente hasta que llega hasta a su límite y sube el ritmo gradualmente convirtiéndose en un movimiento casi violento que me deja sin aliento.

-Levanta las nalgas- me ordena, al tiempo que saca su dedo de mi culo

Las levanto como indicó y enseguida siento como algo más vasto que su dedo me empieza a penetrar dilatando mi culo, volteo y me doy cuenta de que su mano sujeta un juguete, bastante ancho, que empuja hasta que me invade por completo, lanzo un fuerte grito. Sabe que tiene el control.

-Espero que él no tarde en llegar, quiero que me coja por el culo y tú lo observes- me dice al oído mientras empuja violentamente el consolador haciéndome ahogar un rezongo. 



martes, 16 de marzo de 2021

Bajo la luna naranja

 

 No sé como lo vaya a tomar Sebastián, ahora anda fuera de casa, tiene un par de días que no está. Fiel a su costumbre se desaparece sin avisar, suelo pensar que tiene una familia, quizá hijos o bien tiene una amante. No tiene que dar explicaciones lo sabe y lo sé, fue un acuerdo tácito desde que llegó, “para que nada nos separe, que nada nos una”. Lo más que ha tardado en volver a casa ha sido una semana, pero siempre regresa, sabe que aquí lo estoy esperando.

 AJ tuvo la grandiosa idea de regalarle un perro a L, un Schnauzer mediano, nunca habíamos tenido uno, ella se lo había pedido a su papá la última vez que vino a verla, pero sólo quedó en una promesa. Se lo comenté a AJ sin más intención, ayer apareció con un pequeño cachorro de 6 meses. Ahora lo tenemos corriendo por toda la casa, cagando en el jardín, ladrando y llorando de madrugada.

 No sé cómo lo vaya a tomar Sebastián…un día apareció y con la mirada me dijo como el zorro al principito en el capítulo 21 “domestícame”, desde entonces nos adoptó.

 Espero que Sebastián y Samuel dejen de lado los prejuicios y se lleven bien como gato y perro.

Historia 4 "E"...(Séptima parte [1])

  L a sala de llegadas internacionales estaba con bastante tránsito, la gente iba y venía con equipaje o sin él. Las salas de los aeropuer...