lunes, 22 de marzo de 2021

Equinoccio de primavera

 Siento su respiración en mi rostro y su cuerpo sobre el mío. Me besa y su lengua ya está en mi boca deliciosamente, su mano acaricia mi vientre, siento sus labios sobre los míos y escucho los chasquidos del choque perfecto entre nuestras bocas.

-Me gustas mucho- murmura en mi oído mientras su mano ya se desliza sobre mi vagina y sus dedos empiezan a internarse en ella suavemente.

Me tiene inmóvil bajo de ella, sabe que tiene el control, saca sus dedos y los vuelve a introducir más agresivamente para después caer en un ritmo que va de apresurado a lento hasta que me hace gemir y se vuelve parsimonioso.

Tenía mucho tiempo sin venir a la casa, han sido pocas las veces desde que murió mamá. Llegamos ayer en la noche, él nos alcanzará mañana, tenía cosas que atender.   La primera propuesta fue que ya que había regresado su novio lo invitara y así conocían el lugar, ella se negó y me dijo que mejor lo invitáramos a él.

La mañana es fresca aún, a pesar del sol que ya calienta, el olor de los lirios es un delicioso halago al gusto. Ella se encuentra en la piscina, la disfruto en su diminuto traje de baño, mientras me dejo acariciar por la ligera brisa temprana.

Me vuelve a besar mientras deja sus dedos los más adentro que puede de mi vagina, contengo la respiración cuando vuelvo a sentir que los retira.

-Ponte boca abajo- me indica

Me volteo y enseguida baja mi tanga. Siento su dedo acariciando alrededor de mi ano, lo empieza a introducir lentamente hasta que llega hasta a su límite y sube el ritmo gradualmente convirtiéndose en un movimiento casi violento que me deja sin aliento.

-Levanta las nalgas- me ordena, al tiempo que saca su dedo de mi culo

Las levanto como indicó y enseguida siento como algo más vasto que su dedo me empieza a penetrar dilatando mi culo, volteo y me doy cuenta de que su mano sujeta un juguete, bastante ancho, que empuja hasta que me invade por completo, lanzo un fuerte grito. Sabe que tiene el control.

-Espero que él no tarde en llegar, quiero que me coja por el culo y tú lo observes- me dice al oído mientras empuja violentamente el consolador haciéndome ahogar un rezongo. 



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