miércoles, 23 de noviembre de 2022

Interludio II

 - Tenías razón, me mira las piernas en las juntas. En la de la semana pasada sentado frente a mi lo hacía, y yo malévola abrí intencionalmente las piernas para que contemplara mis calzones. ¿Me lo puedo coger?

- Ya te dije y te repito que ¡NO!


¿Sabes qué pasó?

Luna de lobo 

José Luis D.F.

 

Esperaré a que llegue el momento justo
para estar contigo y así conversar
bajo de esa luna que brilla en lo alto
esa luna llena que incita a pecar


Tú estarás pensando como yo en la forma
en que he de abrazarte y hacerte el amor,
después de no vernos por noches eternas
con la sangre ardiendo en el corazón.


Bajo de esa luna que acompaña al lobo
cuando se halla en celo y aúlla de pasión,
lameré tu cuerpo lo besare todo
para alucinarnos ante tanto amor.


Y por esa selva de árboles de hierro
correteando juntos nos verán vagar,
bajo de esa luna que acompaña al lobo
nos daremos tiempo solo para amar,

solo para amar.


Tú estarás pensando como yo en la forma
en que he de abrazarte y hacerte el amor,

después de no vernos por noches eternas

con la sangre ardiendo en el corazón.


Bajo de esa luna que acompaña el lobo
Cuando se haya en celo y aúlla de pasión,
lameré tu cuerpo lo besare todo
Para alucinarnos ante tanto amor


Y por esa selva de árboles de hierro
correteando juntos nos verán vagar,
bajo de esa luna que acompaña el lobo
nos daremos tiempo solo para amar,

Sólo para amar,

Sólo para amar.

 

Desde la periferia oriente del Distrito Federal, hoy Ciudad de México, sus canciones me alcanzaron en un cassette casero que me regaló AJ, entre acordes de blues y rock, letras cavilosas e introspectivas, que no encuentran repercusión en muchos al ser poco conocido, pero su influencia permeo en quienes de alguna manera compartimos las calles y ese ensimismamiento dialéctico. 

 

Aquellas tardes ahora son nostalgia cuando a la sazón de una guitarra trataba de entender el lenguaje de sus ahora míticas canciones.

Murió en 1995, dicen que, atropellado por un conductor borracho, falleció rumbo al hospital. Ahora canta en el barrio de un universo de otro plano.

 

 

¿Sabes qué pasó?

José Luis D.F.

 

sentado en una nube de algodón

dejaba que su mente lo elevara más

y haciendo de su sueño un gran honor

y diciendo incoherencias

se ponía a soñar

 

 

¿sabes que paso?

ayer lo enterramos

porque se murió y dijo

el doctor: ¡cerebro pegado¡

!cerebro pegado¡

!cerebro pegado¡

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