miércoles, 28 de abril de 2021

lunes, 26 de abril de 2021

Terapia

Terapia

Francisco Hinojosa

Querida
perdón anticipado
por el lenguaje
que usaré en este poema
pero no me queda alternativa
sé que lo hiciste de buena fe
sé que lo hiciste por mi
pero
¡por favor!
el psicoanalista 
con el que me mandaste
es un estúpido
tan calladito él
con su carita de sabelotodo
con su carita de pendejo
el muy hijo de puta
con la billetera abierta 
y la boca cerrada
¿a cuántos más
les roba el dinero
cada día?
¿te lo has preguntado?
hoy tuve que decirle
mi reina
que se fuera 
a la chingada
que robara en otra parte
que quitara su jeta de imbécil
y que si cachaba 
que te quiere coger
amorcito
lo agarraba a chingadazos
perdón por usar este lenguaje
pero ando caliente
con eso de darle en la madre
a tu pinche psicoanalista

*Con "todo cariño" dedicado a D  

viernes, 16 de abril de 2021

Historia 3..."C" (Cuarta parte)

 

4 día

Su mano recorre mi espalda, estoy boca abajo, llega a mis nalgas y sus dedos se incrustan entre ellas hasta mi culo, abro los ojos, pero sigo somnolienta:

- ¿Qué hora es?

-5.30 C, pero hoy quedamos de estar a las 9, quédate tranquila

-Anda entonces descansa otro rato, casi acabamos de dormirnos - no responde y sigue acariciando mi trasero, intento volver a dormir. Sus dedos ya están abriendo mi vagina que contra mi razón no me obedece y empieza a lubricar; no quiero despertar no obstante es placentero lo que me está haciendo, toca suavemente mis labios vaginales. No pongo resistencia, pero tampoco hago nada.

Se encarama en mí y deja caer por un momento todo su peso sobre mi cuerpo, me quejo y aligera su carga apoyándose sobre sus brazos, inconscientemente elevo mi cadera y él intenta penetrarme inmediatamente.

-Espera, espera – reacciono – Así no, yo te digo de que manera: primero mete la cabeza suavemente hasta sentir como mi vagina se cierra un poco al final de ella, sobre la corona, y no la metas más; ahora sácalo despacio, siente como se abren mis labios vaginales cuando empieza a salir, ahora de nuevo adentro de la misma manera, así mi vida.

 - ¡Aaah si así chiquito!, ¡oooh, Hmmmm, sigue sigue!, así continúa despacio, un poco más, se acomoda delicioso. Ahora empújala hasta la mitad, pero igual saca la cabeza suave y totalmente, vuelve a meterla; ¡Oh, Dios mío que rica la tienes! Llévala hasta el fondo, pero sin sacarla, hasta que sientas que no entra más ¡Aaaaahhhh deliciosa!; ahora hazla hacia atrás pero casi nada, apenas un trozo y vuélvela a hundirla lentamente, pero con fuerza ¡Hmmm!, si así, ¿sientes cómo se me contrae y dilata ya?, ya estoy empapada amor, dame así un rato.

- ¡Ahora sí! cógeme como se te antoje - Su ritmo aumenta y con él mi excitación, pero me quedo quieta sólo con la cadera en vilo y resistiendo sus violentos asaltos.

-levanta las nalgas y ponte en cuatro - me ordena y así lo hago, siento que su verga me taladra por completo en cada acometida, otra vez mis jugos ya se mezclan con los suyos, después de un rato se sale y se pone de pie al lado de la cama, me iza tomándome de las nalgas, me sujeto a su cuello y me sostengo con mis pies sobre el borde del colchón, su miembro me entra casi vertical y lo siento hasta mi vientre, ahora soy yo la que me muevo para insertarme en él una y otra vez, mientras me sostiene de las nalgas. Echo mi cuello hacia atrás cuando siento y escucho sus estertores. Lo beso con lujuria mordiendo sus labios y él hace lo mismo. Me levanta con tanta fuerza que hace que mis pies se despeguen de la cama y su verga casi se salga de mí, sólo para dejarme caer otra vez sobre ella, encajándose casi de un solo movimiento hasta el fondo, apenas alcanzo a volver a colocar mis pies en el colchón.

- ¡AAAHH, si así mi cielo, me la como toda!- nuevamente siento que me escuchan en todos los cuartos. Su cuerpo se contrae y se arquea, pierde el equilibrio cayendo de espaldas sobre sobre el colchón, caigo montada sobre él y me presiono a su miembro que deja fluir gran cantidad de leche; me anega la vagina, mi placer es inconmensurable; él queda inerte bajo mi cuerpo, lo abrazo y empiezo a sollozar por el placer de la voluptuosidad del momento recibido.

- ¿Por qué lloras C? - me pregunta sorprendido

-No hagas caso, cosas de mujeres, pero ya no me cojas así porque se me va el santo al cielo - sigo abrazada a él y los sollozos continúan.

-Eres tú quien lleva la batuta C, eres mi gurú - me dice quedo al oído y sonríe

-Pero recuerda que te dije que era una probadita solamente - su pene sigue dentro de mí, lo siento palpitar al unísono de mi vagina, la viscosidad se adhiere a nuestros bajos vientres. Nos besamos con lascivia, acaricia mis senos y pezones, yo muevo la cadera sobre su ahora laxa verga.


De camino a la planta voy dormitando en el taxi, me recargo en el hombro de S, pero un enfrenón del conductor me pone alerta, siento los ojos llorosos. Antes de salir miré mis ojeras, creo ya van a ser permanentes.

-Hoy si tengo que dormir S, deveras deveritas, no creo que aguante un día más con este ritmo – lo miro y también se nota que hace esfuerzos por mantener abiertos los ojos – en cuatro días me has cogido más que mi esposo en toda nuestra luna de miel, además como nos vamos a quedar otro día hoy podemos aprovechar la noche para dormir ¿Te parece?, bueno, aunque no te parezca – me mira disimuladamente y luego voltea hacia el conductor apenado, pero él ni nos mira, ni creo que nos escuche.

Apenas entramos a la habitación y yo aviento mis cosas, me quito el pantalón, la blusa, los zapatos, el sostén y la tanga, él me mira entre azorado y cansado. Me tiro en la cama encima del edredón, coloco mi cabeza en la almohada; se acomoda a mi lado, también desnudo, su falo rígido descansa sobre mi pierna, le doy un beso y tomo su verga en mi mano, el coloca la suya en mis senos.

-Es temprano, apenas son las 6, déjame dormir un par de horas ¿va?, me despiertas a las 8, pides algo de cenar a esa hora y después hacemos lo que quieras ¿te parece?, duerme también corazón- siento la suavidad de su verga, la placidez de la cama y la dulzura del sueño compartido.

A las 9 pm. S me despierta, una hora después de lo acordado, lo cual agradezco con el alma, ya está bañado, rasurado y vestido, se ve fresco. Verdaderamente descanse, me siento vital y relajada.

-Ya trajeron la cena, a ver si te gusta lo que ordené y te pedí una botella de vino que sé te gusta, es francés, espero te agrade.

-Gracias corazón, dame 5 minutos, me baño en un dos por tres – salgo de bañarme y me visto con una blusa ligera y un pantaloncillo corto.

- ¿Quieres que salgamos a algún bar después de cenar?

- Mejor mañana que será nuestro último día por acá C

Mientras cenamos, platicamos de los pormenores para la entrega de toda la documentación del día siguiente, la reunión está programada para las 8 am.

La cena estuvo deliciosa acompañada con el vino que S tuvo a bien pedir, aunque él toma muy poco, nos acabamos la botella y pedimos otra, se acaba y marca para pedir una tercera, a la mitad de ésta ya se ve relajado y hablantín.

-Tienes unas piernas muy bonitas, ¿mañana te puedes poner otro vestido corto? – me dice mientras pone una mano en una de mis piernas. – En la planta si te he visto, cuando llegas corriendo y te estacionas en cualquier lugar, aunque no sea el tuyo y cruzas corriendo el estacionamiento.  Me gustan como se ven tus piernas y se nota cuando traes tanga por la manera que se te mueven las nalgas al caminar, sobre todo cuando te pones la falda azul cortita.

- ¡Ándale mirón! – río de buena gana, le sirvo otra copa de vino, me divierte que se haya puesto extrovertido - ¿Y qué más? Cuenta… cuenta.

- La verdad también había imaginado tus senos, ¿te acuerdas la junta de evaluación de diciembre?, ibas con una falda verde y una blusa blanca, a pesar del sostén se te llegaban a notar los pezones erguidos, yo me di cuenta porque el de operaciones volteaba a mirarte disimuladamente. Se te veían bien sabrosas las tetas, por eso la primera noche que los tuve para mi no lo podía creer.

-Par de cabrones libidinosos – río a carcajadas, también ya un poco afectada por el alcohol - ¿y te gustó lo que encontraste?

-Mucho, me encanta el color de tu piel, tu suavidad, tus pechos, tus nalgas me vuelven loco, junto con tu culo, tus piernas me hipnotizan y sobre todo cuando las abres y me muestras. – Me abro la blusa para que asomen mis tetas y me las acaricio mientras lo miro, doy un sorbo a mi copa y termino el contenido.

- ¿Te gustan así? - se queda mirando sin decir nada y quiere tocarlas- No, sigue contándome, ¿Te has masturbado pensando en mí? - le pido que me alcance mi bolsa, lo hace. Le sirvo y me sirvo otra copa de vino.

-Si algunas veces. Cuando me dijeron que iba a venir contigo, en la noche que llegué a casa me empecé a tocar pensándote, incluso te imaginaba cogiendo con tu esposo en esos momentos – desabotono mi pantaloncillo, bajo el cierro y deslizo la mano, me empiezo a tocar mientras lo escucho – ¿te excitaba pensar que me estuviera cogiendo?

-Si, pero más porque imaginaba tus nalgas como te las había visto pero ya sin ropa y abiertas.

-Si estaba cogiendo a esa hora, mi esposo me tenía en cuatro patas y me estaba dando por el culo bien rico, es muy bueno haciéndolo así – me sigo tocando y él ya tiene la mirada turbia por la excitación, me bajo el short y los calzones hasta los tobillos y sacó de mi bolso el pequeño dildo que compré en la mañana, abro las piernas, lo voy metiendo mientras acaricio mis pezones.

- ¡Oh! ¿Ya lo traías?

-No, lo compré en la mañana cuando fui por la tinta para los códigos de barras, había una sex shop en la plaza. ¿Imaginabas me ibas a coger en este viaje, te viniste pensándome? – La humedad ya se siente en mi entrepierna, S baja el cierre de su pantalón sacando su miembro y se empieza a masturbar mirándome, en un movimiento se lo quita, así como los calzoncillos.

-Sólo lo fantaseaba, pensaba en como te verías desnuda, que tipo de tangas usabas, como sería tu vello púbico, si tendrías las aureolas de tus pezones grandes o chicas, y si me vine pensando que estarías jadeando con la verga de tu esposo adentro.

Miro el movimiento de su mano en la verga, me gusta ver como se masturba, mi consolador entra y sale de mi vagina ya a un ritmo más apresurado, escurro aún más.

-La primera noche cuando llegamos a la habitación me excitó el hecho de estar contigo y cuando saliste del baño con la toalla tuve una erección, te alcancé a ver cuando te la quitaste y te metiste a la cama

-Noté tu erección hasta que te dije que te subieras a la cama y fue cuando me calenté, antes de eso no lo había pensado, mucho menos que me miraras como dices en la planta, pero me excita saberlo y mira como me tienes- saco el dildo y me abro la vulva con los dedos, mi clítoris asoma.

-Que deliciosa la tienes, me gustan tus labios vaginales pequeños y como te mojas, desde la primera vez que te la comí y probé tu sabor, me enloqueció. Se ve sabrosa y muy jugosa.

El movimiento de mi mano con el dildo ya es vertiginoso, el incremento de mi excitación ha sido acelerado al unísono de mis lloriqueos de placer; unas ligeras gotas asoman en la punta de su pene y se ve increíblemente apetitoso. El orgasmo me toma como una presa inerme, mis gemidos son ásperos y disonantes, estiro las piernas y aprieto mi dildo, mi cuerpo tiembla espasmódicamente, aprieto las nalgas y caigo del borde de la cama a la alfombra.

 Abro los ojos y lo miro con la cara desencajada, emite sonidos rudos y roncos mientras el semen resbala por entre sus dedos y llega escurriendo a sus piernas.

Me acerco, lamo sus piernas, testículos, la cabeza de su pene y sorbo los residuos de su semen

Viernes por la noche 4 día… exhaustos

Interludio

- ¿Y cómo va la compañía?

- Bien, ahora lo importante es que se logren cerrar los contratos que se están negociando, porque en cuanto a funcionamiento todo va de acuerdo con lo planeado; los productos están aprobados, cuentan ya con las certificaciones, pruebas, permisos, etc. ahora todo está en la parte de marketing y ventas.

- ¿Y con tus colegas?

- Recuerda que M y yo no somos socios capitalistas, sólo industriales, ellas son las de los dineros, pero me gustan las juntas de cada lunes.

- ¿Son productivas?

- Quizá, pero no es por eso, sino que ellas enseñan las piernas con osadía y sin pudor, en hora y media mas o menos de junta, podemos apreciar de variadas maneras, los cruces y posiciones de estas, ya que la reunión se lleva a cabo en el área general, un círculo como los caballeros de la mesa redonda, pero sin mesa. Las de C son más bonitas que las de N, más estilizadas y me gusta mas la tonalidad, sin demeritar claro está el otro par; N enseña más, pero C tiene un poco mas de estilo para dejarse ver; mejor pose podemos decir, más sofisticada, pero las dos combinadas dan mucho incentivo a las juntas de los lunes.

- ¡Eres un descarado!

- ¿Ahora por qué? - pregunta con verdadera extrañeza

-Por pinche lascivo

-Noo, es simplemente esteticismo, además sería una desconsideración para ellas no mirárselas ¿no crees?

-No, no creo, pero seguro te vas a ir al inferno de los libidinosos cabrón- lo digo soltando una sonora carcajada.

-En cosas mundanas te puedo decir que tu amiga la C, mi jefa, es una chingona en lo que hace, conoce todos los vericuetos tanto operacionales como administrativos, sabe mucho, pero tiene el defecto que es muy apapachadora con todo mundo, ya se lo dije muchas veces, N hace con eficiencia su trabajo, pero a veces es un poco acelerada y toma decisiones alocadas, pero se entiende porque está chava y no tiene la experiencia de C. M pues ya sabes juntos somos la comparsa proletaria productiva.

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- ¿Platicaste con él?

-Si, el día de ayer comimos en casa, me dijo que le gusta mirarte las piernas porque las tienes bonitas y estilizadas, las muestras con estilo mejor que N y demás madres. Ni te preocupes no creo que haya tomado en serio la oferta que le hicieron, en primer lugar, porque no se mudaría de ciudad, en segundo lugar, si hubiera siquiera hecho mella en su ánimo me lo hubiera contado y a ti te lo hubiera dicho directo, y en tercer lugar porque le gusta estar de baboso mirándote, no te pongas roja sólo recuerda que no te lo puedes coger.


sábado, 10 de abril de 2021

No con cualquiera se disfruta

 

Nada es fácil. Pero así es la vida. Yo me esforcé 41 años, con buenos resultados, ¿pa’ qué más que la verdad? Pero siempre había algo que faltaba. O estaba de más… Pero al final, no sé cómo explicarlo bien… Ahora ya soy medio bruto. Pero, me refiero a cosas como querer un mejor coche... O el servicio de tele por cable.

Te rompes la madre trabajando y por estar haciéndolo, nomás pagas a lo güey esa facturita que llega puntual todos los meses, aunque tu ni siquiera hayas visto la tele, ni apagada, jajaja… O sea, que llegas tan cansado a tu casa, que no volteas siquiera a ver el mueble donde está la tele, ya no digas encenderla… El servicio de tele por cable, estaba de más.

Y lo más gracioso es que nunca, nunca, a pesar de mis esfuerzos, pude comprarme el coche de mis sueños… Gracioso ahora… jodido cuando estaba inmerso en esa locura de competitividad, mercados cerrados y cosas de esas.

Siempre, algo sucedía, que no llegué.

Traía buenos carros, claro. Me acerqué bastante…

Ahora, ando en el mejor transporte: una bici… una, a la que acabo de joderle los rayos de la llanta trasera. En otro tiempo, tendría que trabajar bien duro, muchas horas extras para pagar una reparación...

Hoy, si vendo 2 ó 3 dibujos, tendré para comer y eso me deja satisfecho. No necesito más. En tanto no me pille diario la lluvia, la bici puede esperar. Y yo, aunque mojado, llego a un cuartito limpio, con eso me conformo… y me gusta mojarme con la lluvia, claro,  pero, supongo, a nadie le gusta estar mojado todos los días… Por eso pido que no me pille diario la lluvia…

Y mis dibujos sí se venden… gente como usted. Señitos que vienen con sus hijos y se quedan viendo mis pinturas, luego de un par de vueltas, regresan a comprarlas. No siempre, claro. Por eso digo que nada es fácil.

Creo más bien que me conformo con más poquito… o con menos que nunca.

Tengo mis gastos, claro… como todo el mundo. Así es la vida.

La gente me pregunta, a veces, porque no parezco indigente… ¡¡y es que no lo soy!!

Digamos que, opté por vivir más ligero que antes. Pero si pierdo la pulcritud, que sea por trabajar… o por pintar, que es lo que más me gusta.

Tampoco pretendo dar cátedra de esto, pero los “artistas callejeros”, como rimbombantemente se hacen llamar, son hasta brutos. La gente se acerca menos, si uno está mugroso. Entra la desconfianza, pues… ¿Y como no, con los días que vivimos?

¡Ah!, cuando hablo de “trabajar” me refiero a ganarme unos pesos. Ya no estoy encerrado horas enteras en una oficina… ni tratando de convencer a nadie, de nada. Pero eso es lo que estoy haciendo ahora, trabajando.

Después de dejar “Espacio y Estilo”, estuve haciendo proyecciones por mi cuenta. Algo me iba bien. A veces, aún lo hago, aunque cada vez menos… Hay clientes que no se espantan porque uno no tenga una oficina bonita, alfombrada. Pero no muchos… el otro día, tuve que recurrir a un cuate, para que me prestara su despacho y fingir… Como a los dos días de cerrado el trato, lo desbaraté… Tuve que confesarle al cliente que no era mi oficina, que no eran mis equipos. Quizá nunca se hubiera dado cuenta, pero mi consciencia no estaba tranquila… ¿sabe usted que en la ciudad de Tecate, en Baja California, hay cámaras por todos lados? Ahí la gente se cuida de hacer las cosas mal, porque esas camaritas todo lo captan y hay unas multas fuertes por casi todo… Yo creo que la humanidad, toda, debería actuar por convicción y no porque nos castiguen… Al menos, yo lo intento. Diario y haga lo que haga… Creo que hasta para no hacer, debe ser uno integro y cabal… Faltan muchos Pepes Grillos, “camaritas”, pero dentro de uno mismo, ¿no cree usted?

¡Bueno!, el caso es que ahora, cuando no estoy aquí, es que me contrataron para alguna fiesta infantil. Y ahí me divierto mucho más, además de ganarme mis pesos.

Tengo mi casa… aquí en la Portales. De esas tan viejitas que las paredes no soportan un clavo más, si no quiere uno que se le caigan completas…

Más bien, esa es mi casa, pero lo que ocupo ahora es apenas un cuartito, subdivido, para hacerle espacio a una cocinita, un comedor y un montón de tapetes y cojines, que hacen las veces de sala y recámara… Con cubrir lo de la luz, el agua y el gas, tengo todas las comodidades.

No soportaría no poder leer mis libros, que aún conservo, disfrutando de un café caliente… aunque no puedo hacerlo siempre… O quizá por lo mismo, es que lo disfruto tanto.

Lo demás de la casa, lo habitan unos sobrinos que me ayudan a darle su manita, de cuando en cuando…

No tuve hijos. Enviudé a los 59. Hoy tengo 64… la otra edad mágica. La primera, se entiende, son los 33, los años de Cristo. Ahora estoy en los entonados, añoradamente por The Beatles… Cuando Silvia, mi esposa, vivía, tenía mis responsabilidades. De alguna manera, cuando ella murió, me liberé de ellas… de las responsabilidades, me refiero…

Hubo un tiempo en que me dio por tomar… Alcohol, pues… porque “de tomar”, tomo de todo y de siempre, jajaja… Pero, como el dinero ya no iba a ser tanto, dejé las chelas, pa’ cuando de verdad me supieran rico y no a dolor… al dolor de saber que tenía que seguir sin ella. Pero más ligero, vuelvo a repetir. Me dolió mucho perderla. Pero todavía me quedaba alguien. Yo mero, claro…

De todo esto, sólo Dios es el responsable. Yo creo que él me inspiró a decidir, casi sin darme cuenta… nomás pasó.

Pero, cuando pasó, entonces yo dirigí mis pasos. Y desde entonces, no caigo en los excesos, en las cosas fáciles. Aunque con frecuencia es bien difícil no caer en la tentación, porque, pues usted comprenderá que andando en esto, lo mío, es la vagancia… Pero siempre me obligo a llegar a mi cuartito, a bañarme diario, lavar mi ropa y a comer en una mesa bien puesta.

¿Cuántos años más cree que Dios me preste? Quizá no muchos… Pero hay que llevarlos bien puestos, si es que decidí seguir por estas. Pa’ no perder la sensación de que se es humano… Eso es lo que pienso, pues…

Mire, ya terminé el dibujo… usted me pidió un paisaje boscoso. Yo le regalo los pegasos y la luna llena.

Gracias por la platica… eso también hace falta, pa’ no dejar de ser humano. Gente, vaya… Pero no cualquiera se presta… Quizá también por eso es que quiero seguir ligero, señito… porque no cualquiera se presta, pero tampoco no con cualquiera se disfruta…

23 minutos

 

13:21

 Paredes altas, de quizás, 2 y medio metros… tal vez 3, comunican una galera de la otra, con apenas unos barrotes de 10 o 12 centímetros, al techo, muy juntos, tanto, que no es posible pase fácilmente una mano.

No hay miedo, no hay nervios… ¡que curioso!, sólo un poco de molestia y eso si, mucha contrariedad…

Me envuelve la frialdad de unas paredes, que alguna vez debieron ser blancas. De un blanco, sin embargo, manchado en si mismo, desde sus inicios…

La pestilencia que llega, inclusive al pasillo principal, aturde mis sentidos y solo pienso en mantenerme lo suficientemente alejada de todo. Siento nauseas y asco…

-¿Por qué estas aquí, amiga?, ¿por qué te trajeron?

La voz parece amigable… ¿amigable? ¿Será posible, en esas condiciones? ¿Y… cómo debo reaccionar? ¿Qué es lo mejor –o menos peor- en estos casos?

-Dime… ¿por qué te trajeron? Yo te platico primero, si quieres… Ayer en la tarde, estaba jugando fut, pero mis amigos estaban tomando. Cuando llego la patrulla, todos corrieron. Yo no. Ellos traían chelas y tequila. Yo no, porque entro a trabajar a las 8 y pues, no podía llegar briago. Ni con aliento, pues… Pero me trajeron. Aquí pase la noche. Pero no es la primera. Tampoco voy a decirte que ya me acostumbre, pues, pero estoy chavo y a veces hago pendejadas y he estado ya aquí. Pero hoy no hice nada… ¿Dime, por qué te trajeron? ¿Cómo te llamas? Tú te ves linda, educada y decente para estar aquí… ¿No vas a platicar conmigo? Órale, no soy mala onda y no sabemos cuanto tiempo vas a estar aquí… ¿por qué no platicar un rato, no?

Y yo escuchando, tratando de contener la carcajada, pensando en tus palabras: “Las cosas pasan por algo…”. Quisiera hablarte por teléfono y platicarte y preguntarte: ¿por qué debo pasar por esto?

Y, más garrapateado que escrito, en la pared del fondo, me encuentro la oración: “Dios, dame fuerzas…”. Contengo lo mas que puedo la respiración, me acerco y le tomo una foto, con el celular…

Caigo en la cuenta, entonces, que simplemente me pasaron. No me despojaron de nada, como hicieron con mi amigo. El tuvo que dejar cinturón, llaves y celular en las repisas de la entrada.

Yo tengo todo lo mío, excepto mi identificación, que se quedó el secretario del MP, para levantar el acta.

Y aquella voz continúa con sus preguntas:

-Ándaleeeeee, ¿dime por lo menos cómo te llamas?

-Tengo un nombre difícil y muy raro, me animo a decir, levantando un poco la cabeza, hacia donde viene la voz, entre esos barrotes que apenas me dejan ver un rostro.

-Ahhhh, tienes la voz bien linda… déjame adivinar: dijistes difícil y raro, verda?… tons,  te llamas  Pancracia, Filomena, o Juana… Juana si me gusta pa’ ti, neta… Pero debes ser algo así como Vanesa o Yamil… No, no tienes cara de eso… nunca le voy a atinar, verda?

-No, creo que no- le respondo sonriendo francamente.

-Bueno, yo me llamo José. Y como no me vas a decir el tuyo, voy a ponerte Linda, por tu cara y tu voz. Te diría Preciosa, pero ese nombre no existe… ¿Te late Linda?

-Ándale, pues- digo ya divertida.

-¿Cuántos gueyes hay en la primera, vistes??

-Si, 3, contando a mi compañero de andanzas…

Órale!, pos en que trabajan, porque los trajeron?

Yo sonrió y no contesto… esa pregunta me la vengo haciendo desde que nos interceptaron, nos subieron a la patrulla y nos llevaron a la delegación, en el Municipio de Naucalpan...

-¿No creo que seas así siempre, verda? Se me hace que estas enmuinada o nerviosa. Yo estoy aquí con un güey, que tiene rato jetón. Ayer, cuando llegue, salieron 3 cabrones, que todavía estaban pedos… Perdón, Linda, ¿no te molesta que hable con groserías?

Sonrió, levantando la vista y le pregunto:

-¿Vas a dejar de hacerlo?

-¿Qué? ¿Hablar con groserías? Pos lo intento, si quieres… nomás tienes que pedirlo…

-Preferiría…

-Ora, ya está… mira, voy a cantarte una canción, pero me voy a bajar de aquí, porque esta reteincómodo.

Y la voz, bien entonada, se pierde un poco.

-Quédate sentada ahí, sólo para que mis ojos te contemplen. Deja que mi ser, se llene de tu aroma… No tienes nada más que hacer, así que permíteme llenar con mis canciones las horas…

¿Julio Jaramillo?, me parece conocer la tonada, pero no, creo que no…

Y sonrió dándole la espalda a la pared donde lo adivino, levantando el cuello, para que llegue más clara la voz hasta mí.

Tratando de adivinar la canción, recordando autores… ¿¿Qué hago yo, pensando en eso, cuando estoy metida en un separo?..pienso en ti, ayer estuviste en mi cama, estuvimos, con ella.

La canción termina y vuelve a treparse por las rejas y a asomarse por entre los pequeños barrotes de la pared.

-¿Te gustó, Linda?

-Si, si me gustó…

-¿No canto tan mal, verda? Eso dice mi chava… a ella le gusta que le cante.

-Si, cantas bien, José.

-Dicen que los sueños, llega un día que se acaban, pero yo quiero cantar en los bares, en los restaurantes. Pero como tengo mis tatuajes, no me dan chance… ¿tú no conoces a alguien, pa’ que me conectes?

-No, no tengo, lo siento…

-Chaaaaaleeee, que bonito lo que dices… “lo siento”, me sonó a buena onda de tu parte. Te digo que eres linda..

Yo quiero agradecerle, pero no me animo. Me parece un tanto fuera de lugar, estar recibiendo piropos en esas condiciones y en ese lugar. Y también se asoma a mis pensamientos, por breve lapso, por “ese tipo”

Y vuelvo a pensar en ponerte un mensaje y platicarte… o tomarme en serio, bajo ese escenario, aquello de que Dios esta conmigo siempre… porque, por momentos, creo que hoy esta mas pendiente del tráfico, del perro que trata de cruzar el periférico… Y me doy cuenta que es renegar. Y vuelvo a sonreír. Por mis propios y poco lógicos pensamientos y mejor aún, porque, hasta ahora, no me siento sino incomoda, pero no molesta, no nerviosa, no sola.

-¿José y cuando sales?, grito un poco para que me escuche, pues ya no esta asomado entre los barrotes…

Vuelve a aparecer, sonriente.

-Hoy, después de las 9 de la noche… debo cumplir 24 horas de arresto administrativo. Si tuviera varo, ya me hubiera ido, pero me piden 960 pesos… lo que gano en una semana, Linda. Chaaaaaleeee y te digo, por güey de no haber corrido, jajaja…

-Jajaja… ni hablar.

-Chaaaaaleeee, hasta tu risa es linda… ¿ya me vas a decir por qué te trajeron?

-Jajaja… estaba trabajando y, no sabíamos, pero para la zona donde estábamos descargando, necesitamos un permiso.

- Ah, tons, no hay bronca… ¿tú empresa te hace el paro, no?

-Pues mi empresa soy yo

-¿Sabes? Yo estudie solo hasta el segundo año de secundaria, pero me se requetebién la historia de Mexico. Completita. Me gusta leer, pero lo hago poco, por el varo. Y cuando no trabajaba, me iba a las bibliotecas los sábados… Claro que estaba mas chavo y era menos pendejo… perdón… ya quedamos, pero, pos bueno, me entendistes, no?

-Y me gustaría vestir de traje… cuando se lo dije a mi chava, se emocionó reteharto. Ella trabaja en una tienda, vendiendo cosméticos. Yo trabajo en una imprenta. Soy acomodador y sanador de “tipos”…

-Oyes… ¿y no traes cigarros? ¿Me vendes uno?

Abro mi cangurera y le estiro la cajetilla. Compruebo que, en efecto, no pasa fácilmente una mano, entre esos barrotes. El estira sus dedos y yo tengo que hacer varios intentos, parada de puntillas, hasta que al fin, el sujeta firme la cajetilla.

-¿Me lo vendes a varo? Aquí normalmente se venden a dos o hasta tres, pero no tengo lana… ¿andales, si?

-No, quédatelos todos…

-¿Neeeeetaaaa? Son un chorro. Ta casi nueva…

-De verdad, quédatelos todos…

-Gracias, Linda… lastima que son de menta… mentolados, pues…

Me río con una carcajada poco discreta, por su ocurrencia y estoy a punto de reclamarle: “A caballo regalado…”, pero en eso, se da cuenta y me dice:

-Que bestia me vi., chaaaaaleeee… mira, toma 5 varos. Se que no pagan ni la cajetilla ni la pendejada, pero es todo lo que traigo.

-No hace falta, José, de verdad. Y no hay problema… solo que me dio risa tu comentario…

Y justo en ese momento, viene una mujer policía y me dice:

-Pase a la caja, a liquidar su multa. Ya le tomaron la declaración al otro y ya todo esta arreglado.

¿Todo esta arreglado? ¿Todo? ¿Y mi tiempo? ¿Y mi molestia? ¿Y mi incomodidad? ¿Y haber pasado por esta experiencia, como lo “arreglaron”?

Pienso, mientras meneo la cabeza, con cierta resignación y, entonces si, coraje y enojo.

Pero sólo le regreso a ella su sonrisa hueca y agito la mano, a manera de despedida, sin voltear a verlo, cuando  José me grita:

-Adios, Linda…oyeeeeeees, vas a ver que le voy a dar duro, porque verte así, me inspiro a estudiar de nuevo y alejarme de esos güeyes que se embriagan en la calle. Vas a ver que voy a llegar a cantar en un restaurante, vas a ver que…

Pero ya no puedo escucharlo. Ya estoy fundida en los brazos que me ofrece mi cuate, que me consuela “de algo”, por haber pasado por eso, pero en realidad, sinceramente, no lo veo necesario…

Y me doy cuenta entonces, que el reloj marca 13:44

miércoles, 7 de abril de 2021

Café sin cafeina

 

-Fue la vez que se quedaron en mi departamento, cuando dices que yo lo estaba cogiendo con desesperación, que despertaste y volviste a dormir.

- ¡Ah! Si recuerdo

-Bueno pues cuando, terminamos, lo abracé y sin siquiera pensarlo le dije “te quiero” y le di un beso, no dijo nada sólo se me quedó mirando y me abrazó también. Después cuando ya estábamos desayunando… ¿Ya ves que estábamos en la barra?

-Si, yo les estaba preparando y Uds. cachondeando cabrones

-Ah pues en ese momento, voltea y me dice con cara de extrañeza tardía ¿Por qué me quieres?

- ¿Y qué le contestaste?, yo estaba tan cruda que no puse la más mínima atención.

- ¡No mames!, me agarró en la pendeja y sólo atiné a decir como idiota “Porque así lo siento”, se volteo le dio un sorbo a su café y ya no dijo nada del tema.

- Lo conozco de años, pero ahora más que nunca no sé que pulule en esa cabeza loca, es la verdad. Dos párrafos de una canción de Aute vienen a mi mente cuando me saca de quicio como a ti.

También pudiera ser
que me esté volviendo loco
porque me pegó el siroco de la levedad del ser
¿Y qué le voy a hacer?
si me falla alguna pieza
por creer que la belleza no se rinde ante el poder
y así sucede

Y puestos a elegir
entre el oro y el parnaso
yo me pido ser payaso, mago, acróbata o faquir
O acaso un elíxir
con orgiásticas burbujas
o la bola de las brujas donde sueña el porvenir.

-Dediquémosle una canción que le diga porque lo quieres, mientras te tomas tu café que descafeinado no es café - río y le pongo la canción a I

Te quiero aunque me des por muerto: 

Historia 4 "E"...(Séptima parte [1])

  L a sala de llegadas internacionales estaba con bastante tránsito, la gente iba y venía con equipaje o sin él. Las salas de los aeropuer...