Pecado

 

Ahora que aún duermes, te diré buenos días...

Vengo a inventar un pecado contigo. El mismo de siempre en la humanidad, pero se hace nuevo contigo.
El de siempre y de tanto tiempo en mis ganas.

Vengo a darte mis ganas de ti, juntas y juntadas (en estos días que estuve ausente), de olerte, de acariciarte, de sonreír para ti.

Vengo exhibiendo sin poder evitarlo, las cosquillas de piel que se han acumulado.

Vengo deseando sin querer ocultarlo, la necesidad de ti, el gozo provocado antes y anhelado desde el "siempre", que es para mí, "desde que te conozco".

Vengo desternillando mis risas de desesperanza, quebrando a gritos el llanto contenido en noches de muchas semanas para que lo veas tal cual es y no volver a decir nunca más "estoy bien, no me pasa nada".
Porque si me pasa.
Y ha estado pasando hace semanas.
Por eso, el pensamiento obligado a sentir, siente con la fuerza de pensar con rabia.
Y el sentimiento obligado a pensar, se pierde en esa innatura y enjuga lágrimas, a veces, grita, desespera... pero te trae a mí y me lleva a ti de madrugada...

Si esta noche no te lo dijera, los abrazos cansados de estar vacíos, se rendirán a la espantosa ausencia de ti y se enfriaran.

Y, recuerdo tu cercanía y evoco tu lujuria. Y la quiero de vuelta.
Con ternura, con besos... yo invento un pecado, pero tu debes poner un poquito, con un poquito de pasión me conformo.

Lo contenido, desviado, guardado, obviado, ligero, encantado, lograra el resto.

Ya lo sabes, amor... Ya despierta..