No vengas aquí, pero si vienes,
Si claro, estaré
aquí a menos de que salga
no toques el timbre si ves las luces
apagadas
o escuchas voces
tal vez esté leyendo a Proust
Charles Bukowski
¿Para qué y partir de quien?...quizás reencarnando la pasión en amores perdidos, transformados en vampiros y amistad
No vengas aquí, pero si vienes,
Si claro, estaré
aquí a menos de que salga
no toques el timbre si ves las luces
apagadas
o escuchas voces
tal vez esté leyendo a Proust
Charles Bukowski
A mí me fascina del cuerpo de los hombres su
denuedo, ese ímpetu que sólo se manifiesta con la desnudez y no con la coraza
con que suelen cubrirse, me encantan los brazos y el dorso, me gusta verlos
caminar desnudos, es una imagen perfecta. De las mujeres me deleita el
encuentro de sus aristas con las sucesiones (y asociaciones) de formas y la
manera suave en que de éstas surge el encanto geométrico. La primera vez que
estuve con una mujer quedé extasiada de recorrer todos los laberintos de su
cuerpo, aunque el final no fue muy bueno ya que nos sorprendió mi hermana, era
una amiga de ella. Tengo una especie de fijación, me gustan todo tipo de
mujeres, pero las gorditas me excitan sobremanera, en mis momentos cachondos me
gusta ver películas porno de gorditas. Otra animalia psicopatológica que me
llega es que cuando estoy con un hombre que no sea AJ siento que le estoy
siendo infiel, pero lo mismo no me causaba problema con D mi expareja, y por
eso muchas veces prefiero los encuentros sexosos con mujeres, bueno esa es mi
justificación, el silogismo del pretexto.
En mi familia cuando les dije que me gustaban las
mujeres, después de que mi hermana me encontró con su amiga, pensaban que
estaba loca de atar, ahora lo han asimilado, pero le decía a mi madre, en aquel entonces, que un día
no se espantara si en lugar de andar o estar con un hombre lo hacía con una
mujer. Al final no sé si pudiera llevar una vida con alguien de mi propio
sexo, la verdad es que me encantan los hombres ¿una fijación del falo?, pues eso
diría Freud.
¿Cómo haces cuando rompes con una mujer, antes de
tener en la cabeza la inspiración? no sé de qué manera llamar a este asunto de
unir, tristeza, nostalgia, gratitud, enojo, que da para escribirles y
dedicarles escritos, borracheras, poemas, para sobrellevar ese pequeño o grande
duelo, quizás no por la persona sino por el instante de la ruptura
Cuando vivía en Holanda tenía un par de amigos
gays, un buen día ellos me presentaron a un chico también gay, era guapo, pero
más que nada era interesante, había estudiado pintura y escribía dos que tres
cosas. De plática amena, conocedor de la buena comida, cocinaba de maravilla, pasábamos
horas platicando, él me contaba de pintura yo le hablaba de México. Al paso de
las semanas nos hicimos novios, yo no estaba segura pues cuando estábamos juntos
me decía una y mil cosas de los chicos que veía caminar o pasar a nuestro lado,
la primera noche juntos me confesó que nunca había estado con una mujer, sólo
con hombres y que le gustaba ser pasivo, me sentí como maestra de jardín de
niños. Vivimos un tiempo juntos, escasos 30 días, en los cuales se perdió el
encanto, y las tardes de plática; sus manías y el hablar a todas horas de los
hombres que le gustaban, o consideraba guapos desgastaron lo que en un
principio se dio. Un día me dijo que le había gustado un tipo que conoció en
una biblioteca, le guardé sus cosas y por la tarde le dije que se fuera a
conquistar al bibliotecario...me preparó una pasta, compró una botella de vino,
me dejó la mesa arreglada con una nota que decía "Gracias por ser la
primera y única mujer en mi vida...".
El primer hombre del que me sentí enamorada
realmente, aparte de AJ, y por el cual lloré, fue un chico al cual conocí en mi
primer trabajo, yo sentía que era la protagonista de un cuento de hadas y que
por su amor podría dar la vida y cosas de esas que ya saben cómo se dan,
siempre estaba yo atenta a él, a sus gustos, aunque ni mínimamente fueran los
míos. Un día me regaló una rosa, y en esa misma semana lo encontré en su auto
con mi compañera de trabajo, no le reclamé, ni dije nada, sólo al día siguiente
que llegó a buscarme le dije “vete a la chingada”. Renuncié al trabajo y me
dije que jamás iba a volver llorar ningún pendejo; así que como sólo sería esa
vez lloré a mares, se me acabaron las lágrimas; nunca más lo he hecho, la rosa que me regaló
por algún motivo se puso negra y tiesa, para recordar que no debía volver a pasarme
algo similar me la tatué en el vientre…
Ni siquiera reparé en su
nombre... Me vale...
Sólo
sé que me gustó, apenas, cruzó la puerta.
Es más joven
que yo, pero tampoco me importa... Mi mirada se inundó de ese hombre.
Llegó vestido
con unos pants que le daban un aire desenfadado y hasta desaliñado.
Huele a
lavanda... Una loción que asocio con mi padre... ¡¡Qué imagen más
perturbadora!!
Me puso ambos
brazos alrededor de la cintura y me sentí diminuta en ese abrazo.
No es que sea
muy alto... sabe lo que hace.
Sus labios
buscaban los míos y me resistí al beso, hasta que sentí su mano firme coronando
mi vagina, por encima de la ropa, aún.
Entonces lo
besé yo... Un beso atrevido y lleno de sexualidad.
Aún me abrazaba
y me recargó en la puerta, que hizo un chirrido tan fuerte, que pensé se había
quebrado en dos...
Metió una de
sus piernas entre las mías y subió su rodilla, hasta donde estaba su mano y la
empujo con fuerza...
Mi vagina
chilló de gozo y se mojó completamente.
Yo quería abrir
los ojos, pero sus besos rápidos y profundos, me lo impedían...
Mis manos
estaban sueltas y se posaron en sus nalgas... Unas nalgas firmes y carnosas,
como las de una mujer.
El espacio
entre nuestros cuerpos era tan breve, que por más intentos que hice para
deslizarlas hasta su verga, no pude.
Él tuvo el
control, entonces...
Sumí la pelvis,
para separarme un poco y de un jalón me quite la blusa y le ofrecí uno de mis
senos, para que lo chupara.
Él sonrió y
mordisqueo apenas la aureola...
Cabrón... me
encendió en deseos y lo obligué a meterse el seno completo en la boca... Empujé
con fuerza mi torso hacia adelante, para no darle oportunidad a que se despegara...
Masculló algo
que no entendí y me volvió a valer madres...
Le dije,
entonces, que estaba ahí para complacerme.
Parece que a
todos los hombres les excita de más eso, porque, él respondió con ímpetu y
mamó... mamó hasta que sentí irritado el pecho.
Fuimos a la
cama y con habilidad, me quitó el pantalón y las bragas... Bragas que compré
especialmente para esa noche.
Paseó con
caricias muy suaves sus dedos por la orilla de mi vagina... Tan hinchada estaba
ésta y el clítoris, que parecía un pene diminuto... Pareció hacerle gracia y
gustarle, porque lo jalaba y yo disfrutaba... Se inclinó hacia adelante.
Algo dijo de mi
olor, pero no le puse atención... Sólo sé que le fue agradable.
No estaba
segura de que me besara, porque esas caricias me estaban gustando mucho y no
quería que terminara.
Pero de
repente, su lengua caliente, se hizo una sola pieza con mi clítoris y lamiendo,
chupando, besando, me provocó un orgasmo casi rudo.
Sus manos
sostenían mis muslos en una posición casi grotesca... Metió uno de sus dedos
medios en mi culo y mis propios gemidos, me parecieron las de una gata en celo.
Yo intenté
acariciarme a mí misma los senos, pero me distraían sus caricias, su dedo en mi
culo y querer volver a besar sus labios...
A las 7:00 Pm. salimos del hotel para dirigirnos al lugar que nos recomendaron para tomar algo y bailar. El ascensor tarda un poco por lo que digo a S que bajemos por las escaleras. Suena mi teléfono y contesto, es mi esposo.
-Hola amor ¿Cómo estás?..si tengo
el vuelo de regreso mañana a las 5 de la tarde, estaré llegando como a las
7:00, pero en lo que bajamos y recojo el equipaje yo creo que 7:30 estaré
saliendo…¡Te extraño mucho!
Me percato al caminar que me
duelen las nalgas y el ano, S me dejó esa sensación de aún sentirlo dilatado.
-Si, te veo en el aeropuerto,
quiero abrazarte y comerte a besos…hasta mañana mi amor- siento cosquillas en
el estómago, me siento excitada, sensual; escuchar a mi esposo y recordar la
cogida de medio día además del agradable calor de la tarde, me hacen sentir la
voluptuosidad a flor piel.
Llegamos, subimos por una ancha
escalera, el bar se encuentra en el primer piso, es amplio y agradable. La
pista se encuentra en medio rodeada de mesas y en la parte frontal a la entrada
está el estrado donde se encuentra el grupo. En él área donde están las mesas
la iluminación es muy tenue lo cual le da un aspecto acogedor, contrario a la
pista de baile que se encuentra mucho más iluminada.
Nos dan una mesa en la parte este
del salón en el extremo contrario donde está el grupo. Aún hay poca gente, pero
el ambiente es ameno. Pido un par de tragos y unos bocadillos de botana, S está
renuente a tomar, pero le insisto que no puede dejar a una dama bebiendo sola.
Lo saco a bailar y efectivamente tiene dos pies izquierdos, pero lo intenta y
es divertido pues no se amedrenta ni le da pena. Definitivamente me gusta S, y
pensar en todas las cogidas que me ha puesto mientras bailamos me pone
cachonda. Siento el roce de mi vestido en mis senos sin sostén y como los
pezones se yerguen a cada vuelta en el baile, si definitivamente me gusta
provocarlo y llevarlo al extremo del deseo.
Una hora después de nuestra
llegada el lugar ya se encuentra lleno, la plática con S se ha tornado bastante
amena, de ser un casi desconocido al inicio del viaje ahora permea la confianza
que hemos adquirido en la cama.
El mesero se acerca con una
pareja y nos pregunta que, si podemos compartir la mesa en lo que se desocupa
alguna otra para ubicarlos, volteo a ver a S y me hace un mohín de
desaprobación, igual pienso en decir que no pero también que vamos a estar
bailando la mayor de tiempo y accedo antes de que él se niegue. Ella es joven y
bonita, delgada y de lindos ojos, el se ve mayor que ella y sin ser demasiado guapo
se mira atractivo. Se sientan nos saludan, devolvemos la cortesía y seguimos nosotros
en nuestros asuntos; nos paramos a bailar y regresamos a la mesa continuando en
nuestra conversación sin prestar mayor atención a ellos. Me levanto para ir al
baño, cuando regreso jalo la silla para sentarme y en el intento rozo sin
querer la pierna del sujeto con mi rodilla, me siento y mi pierna queda por un
momento pegada a la suya la cual retiro inmediatamente. Después de unos
instantes siento su pierna que se pega a la mía, volteo a verlo y él
platica disimuladamente con su acompañante, pero no la retira, pienso en
quitar la mía. Estoy segura de que ha pensado que él choque con él al sentarme
fue a propósito, no hay necesidad de quitar mi pierna ya que en ese momento S
me saca a bailar, cuando regresamos y me siento él vuelve a juntarse conmigo, estoy
excitada por lo inesperado de la situación y contra la razón me quedo quieta esperando
su reacción, mueve su extremidad rosando mi rodilla, retiro un poco la mía pero
el vuelve a buscar juntarse, lo dejo actuar y la mueve con mas intensidad sobre la mía, hago lo mismo y en un instante dado estamos frotándonos,
la penumbra permite que dichos movimientos pasen desapercibidos. Él no deja de
platicar con su chica ni yo con S pero nuestros muslos ya se restriegan vigorosamente,
nos detenemos sin separarnos; me siento mojada y abro las piernas, volteo a
mirarlo levemente y noto apenas que él ha puesto su mano sobre su muslo, la
perversidad ya me aconseja y bajo mi mano sobre la suya, la tomo y la pongo en
mi rodilla, se queda inmóvil al sentir mi piel, lo guío por todo lo largo de mi
entrepierna hasta casi la ingle, suelto su mano y dejo que me siga acariciado
mientras imagino la erección que debe tener, después de un rato la tomo
nuevamente y la retiro, me levanto para ir al baño, intenta seguirme pero con
un gesto le hago saber que no. En el baño me aparto las bragas y regreso a la
mesa, en cuanto me siento el vuelve a pegar su pie y coloca su mano nuevamente
en mí, con un movimiento suave, pero sin despegarme de él se la retiro, sólo
deja su muslo restregando el mío. Tomo la mano de S y la coloco en mi pierna, me
acerco a su oído y le pido que me acaricie hasta arriba; lo hace y se percata
de que no traigo calzones; con sus dedos acaricia mi vulva e introduce un dedo
levemente; contengo un suspiro y lo retiro; tomo la mano del vecino de mesa y
la vuelvo a colocar en mi rodilla, ni tardo ni perezoso llega hasta mi entrepierna
y abre mis labios vaginales. No se cómo puede estar incólume platicando como si
nada con su chica, yo me encuentro ya en un estado alterado de tal manera que
tomo la mano de S y sin mediar consecuencias la llevo hasta el punto donde se
encuentra la otra, se sorprende bastante al sentir que ya me hurga la mano del extraño,
pero sostengo su mano y lo fuerzo a que no la retire; hace un lugar con los
dedos del otro, yo aprieto las piernas con ambas manos masturbándome…
La chica se levanta para ir al
tocador, quedamos solos sin decir nada, aprovecho para apuntar en una
servilleta el hotel y el número de habitación donde nos hospedamos, le pido a S
que solicite la cuenta. Los tres nos miramos, pero nadie articula palabra
alguna, le doy al tipo la servilleta junto con mis bragas antes que regresa su
chica. Nos traen la cuenta en el momento que ella está regresando, pagamos y
nos levantamos con una despedida fría.
-Hasta luego y que la sigan
pasando bien- digo a manera de despida.
Bajamos S y yo sin hablar, ya en
el coche me dice S entre circunspecto y molesto
- ¿Estás segura C?
-Si tú no quieres no, yo lo hice
pensando que te iba a excitar, tú dime
-Lo que hiciste me dio muchos
celos, pero si me excitó, si tú estás segura hagámoslo…
El taxi llega al hotel, son las 2.27
am…
EL BOILER.
Carlos Arellano
A estas alturas del partido no me encabrona su obsesión por la limpieza y el orden, excepto con sus libros que aparecen por todos los ri...