martes, 13 de diciembre de 2022

De la inexistencia del tiempo

Gira el cuello para localizar al mesero y pedir otra copa, en el mismo instante su mano se posa sobre mi muslo, al voltear me mira de frente y sonríe, pienso en la palabra exacta para definir el momento…Embrujo, encantamiento, hechizo, es lo que siempre esa mirada hace en mi. Han sido muchos años de ser comparsas, de caminar las veredas y patear latas, de risas y desencantos, pero cuando me mira como lo hace todo renace y se convierte exactamente en un sortilegio.

Esa mirada hace que la memoria sea futuro, que pueda besar el amanecer con su piel en mis manos.

Cuando I llega nos saluda de manera alborozada, se acerca a mi y me da un beso en la boca, sorprendiéndome de inicio, enseguida saluda de igual manera a AJ, la pareja que está en la mesa de enfrente hacen cara de sorpresa, no así el mesero que ya nos conoce y enseguida le coloca la silla y le pregunta lo que va a beber.

Se ve radiante enfundada en su falda negra y los botines que hacen lucir sus largas piernas. Pienso en aquel texto de García Ponce mientras aún siento sus labios en mi boca: “Es la mujer quien detenta la seducción, por lo tanto, el centro de atracción alrededor del cual se inaugura y fundamenta el ritual erótico en el mundo de lo imaginario”. Imaginario que hacemos realidad, que hacemos visible, pero luego nuevamente la seducción que no respeta el orden lo vuelve a hacer imaginario, creando la novedad, la no exclusividad, ya que como bien dice García Ponce el deseo es voluble, inestable.   

Se despierta en cuanto aprisiono su pene después de acariciar su vientre, se queda quieto mirando hacia la ventana y nuevamente esa mirada que termina cuando cierra los ojos y siente mis labios lamiendo alrededor de su miembro. Mi lengua lleva la saliva que lubrica y hace la magia de endurecerlo, se deja y suspira cuando ya se encuentra ocupando toda mi cavidad bucal y hasta el inicio de mi laringe, lo retiro suavemente y lo vuelvo a introducir, crece junto con mi placer. I nos observa como alejada de la realidad, no hace nada sólo mirar, el tiempo no existe, sé que nuestro presente es de manera personal, para los demás no tiene sentido, nuestro futuro sólo será una suma de pensamientos. Sin decir nada me retira suavemente, ahora es ella quien lame y chupa, yo acaricio sus testículos con mi lengua. Lo saca para besarme largamente mientras su mano sube y baja sobre la verga, mientras su lengua juguetea con la mía, me ofrece el pene ahora como una ofrenda a nuestra realidad y yo lo acepto para nuevamente llenarme con él. Lamemos ambas a todo lo largo desde los testículos hasta el glande, succionamos, acariciamos y dejamos que nuestras lenguas se sacien de su piel con nuestra saliva ungiéndola. Sentimos los primeros estertores y las primeras gotas impregnan los labios de I, un segundo chorro los embarra por completo, lo acerca a mi cara y ahora son mis labios que se salpican de su esperma, lo meto a mi boca y trago, ahora soy quien lo guía hasta I y hago que lo trague, yo sorbo alrededor lo que sale entre sus comisuras y el falo. Nos miramos y acercamos nuestras bocas impregnadas. Con el beso nuestras salivas comparten, deslizan e intercambian el semen en nuestras bocas en un juego de placer erótico desmedido, ¿de amor?   

 

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