viernes, 29 de julio de 2022

Desiderátum

 —¿Me quito todo o sólo en calzoncillo?

—Como te sientas mas cómodo, puedes desnudarte todo o no, como tu prefieras —Con algo de pena se quita toda la ropa y se recuesta en la camilla, lo cubro con la sábana mientras termino de preparar los aceites y pongo música relajante.

No puedo evitar mirarlo de reojo mientras se desnuda, es delgado con muy poco vello y los músculos ligeramente marcados, tiene afeitada la zona del pene, se ve bien.

—Te haré un drenaje linfático, yo creo que es lo que te va a funcionar para como me indicas que te sientes y como vaya sintiendo tu cuerpo veo que más podemos hacer.

—De acuerdo M, sólo te advierto que quizá me quede dormido.

Inicie con el masaje y ciertamente estaba sumamente tenso y en algunas zonas con contracturas. Fui avanzando por brazos, tórax y abdomen. Cuando llegué a los cuadrantes inferiores por debajo del ombligo e inicie con movimientos suaves note una ligera erección apenas notoria, baje un poco más mis manos hasta el triangulo del vello púbico. Cuando desplace las manos hacia las ingles e inicie los deslizamientos en estas zonas hacia la parte inferior su erección se hizo mayúscula, hice los movimientos más ligeros y delicados, la sábana cubría el pene, pero se notaba ya su gran tamaño, supe que lo estaba erotizando y que era una manera de relajarse con el masaje. En determinado momento el dorso de mi mano sintió el contacto de la piel de su glande mientras la movía hacia abajo, una corriente eléctrica me recorrió, pocas veces me había pasado. De la parte baja de su ingle izquierda pasé tocar ligeramente sus testículos esperado una reacción negativa pero no fue así, por lo tanto subí mi mano muy suavemente por todo lo largo de su erección hasta la punta del pene, seguidamente mi otra mano inicio el mismo camino y así alternadamente, todo por debajo de la sábana. Empezó a emitir unos gemidos apenas perceptibles mientras resollaba quedamente, continué por unos minutos más…pensé en mi hermana. Baje por sus piernas hasta los pies continuando con el masaje.

Le solicité que se diera la vuelta y pude observar un pene grande y apetecible, como pudo se acomodo boca abajo debido a esa gran erección.

Inicié el masaje de los pies a las piernas, estaba ya bastante sensible, la pierna derecha le temblaba, ¡me gustaba tenerlo así! Bajé la sábana descubriendo sus nalgas, me gustó lo que vi y empecé a masajearlas, las acaricie por varios minutos, las sentía deliciosas en mis manos, puse aceite entre ellas y dejé que escurriera por la hendidura, recorrí mis dedos hasta el triángulo posterior del perineo y lo acaricié con los pulgares, se contorsionaba y emitía sonidos tratando de ahogarlos. Cuando seguí con su espalda ya estaba más que sensible. Ya sólo deslicé mis manos y dedos apenas rozando su piel desde el nacimiento de las nalgas hasta los hombros, gemía sin abrir la boca y se movía sin querer hacerlo de un lado a otro, si no cabía la menor duda: me gustaba tenerlo así. Terminé en su cuello y cabeza, acariciando su cráneo con la punta de mis dedos, sus resuellos se escuchaban mas fuertes, puse aceite en mis manos y continúe acariciándole la cabeza…"Terminamos" le dije al oído procurando sintiera mi respiración... salí de la habitación.

—¿Cómo lo sentiste? —Preguntó mi hermana

—Si muy tenso, pero va a estar muy bien, la otra sesión será el siguiente jueves. ¿Cómo están mis sobrinos?

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