Sentía
la vibración en sus caderas, el subir y bajar, la presión en su pene
erecto, el placer desde la cabeza del mismo bajando hasta el vientre.
Sus breves gemidos fueron los que lo despertaron, si eran sus propios
gemidos. Era un sueño, Anna no estaba encima de él,
aún así si se sentía tan real, todavía podía sentir la palpitación en su
verga, su olor; sólo pudo acurrucarse en el mismo, hacia dentro, hacia
las entrañas, como si así pudiera regresar a su sueño, regresar a ella.
Estuvo
un rato así, pero ya no pudo conciliar el sueño. A su lado estaba su
mujer, en posición fetal tapada hasta el cuello. Observó las formas que
dibujan las cobijas, no eran pronunciadas y deseables como las de Anna,
no tenían forma de hecho. Extrañó el culo de Anna, lo pronunciado de sus
nalgas y cómo cuando la tocaba aún se estiraba más como gata, gata
caliente, buscando el calor de su amo, recargándole el culo en su
miembro hasta que lograba pararlo por completo aún dormidos, aún él sin
consciencia de su miembro, éste tenía vida propia en las manos y en el
cuerpo de Anna. Extrañó lo dispuesta que estaba al sexo y a sus
caricias, donde fuera, aún dormida, dormida es como mejor le gustaba que
la penetraran decía citando a Henry Miller en Sexus refiriéndose al
personaje de Maude; si era por atrás era aún mejor.
Anna,
la Anna del beso fugaz por las noches, Anna con la mano al despertar ya
voraz en su verga, aprovechando cada minuto, como si ella de alguna
manera supiera de antemano lo poco que iba a durar, y quisiera follar
hasta morir, como si de eso le valiera la vida, - "Hoy te cogeré toda la
noche"- solía decirle ya ebria. Vaya que cogiamos. Hoteles,
ciudades, posiciones, lugares, por muchos años la folló sin parar, y aún
quería más.
- Anda dime que
soy tu putita -como le gustaba escuchar vulgaridades de mi boca, sólo
me reía y hacía lo que me pedía, Anna, Anna, Anna comiendo y
succionando su leche mientras repetía su nombre en su mente y apunto de
soltar un chorro de semén, sintió que su mujer se despertó, escuchó sus
gemidos inconscientes de seguro y esto la puso cachonda, ya estaba
mojada cuando sintió como se subió en él e hizo a un lado su bata de
dormir, de un jalón se abrió los labios vaginales y se comió su verga,
subió y bajo a su antojo hasta que se vino, al oído sólo le decía. -
¿Porqué estás caliente?, ¿Porqué no me despertaste? - !Así!, !Así ya
mero me vengo!, ¡muéveme!, !!fuerte, así. ¡Ahhhh!. Se vino, bajó de su verga y le dio un beso en la mejilla. - No te desveles mucho que mañana tienes
que llevar a la niña a la escuela. Se dio la vuelta y siguió durmiendo,
hasta roncó según escuchó.
Aún no lograba venirse, ni aún con esas caderas encima de él, no era el
culo apretado de Anna, otra vez en su mente ya estaba jalándosela de
nuevo, mientras pensaba - ¿Ya tendría así de abierta la vagina?, ¿Ya
tendrá hijos?, ¿Se haría lesbiana como siempre dijo sería?, ¿Cogerá
mucho?, ¿Y si le llamo y la veo en algún lugar?. Tuvo que ir al baño a
terminar por su cuenta, no quería tener más interrupciones.
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